Arquitectura colaborativa más allá del “simple deseo de construir algo”. Entrevista con Michel Zeca, ganador del concurso para remodelar el Museo del Chiado en Lisboa

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Visualización del proyecto de remodelación del Museo Nacional de Arte Contemporáneo del Chiado (MNAC), en Lisboa
Visualización del proyecto de remodelación del Museo Nacional de Arte Contemporáneo del Chiado (MNAC), en Lisboa (IMAGEN Cortesía de Michel Zeca)

El arquitecto cubano Michel Zeca forma parte del equipo de arquitectos y diseñadores que llevarán adelante la remodelación y ampliación del Museo Nacional de Arte Contemporáneo del Chiado (MNAC), ubicado en Lisboa, tras participar en un concurso público en que compitieron 29 propuestas firmadas por estudios nacionales e internacionales. Zeca, quien vive actualmente en la capital portuguesa, y se formó como arquitecto en esa misma ciudad, integra el colectivo Del Medio Atelier junto a la diseñadora portuguesa Mafalda Peres Couto y la arquitecta venezolana Claudia Silveira. Los tres se unieron con el arquitecto y profesor universitario portugués Luis Manuel Pereira y otro estudio español de nombre Baile Menduiña para realizar la innovadora propuesta que se llevó las palmas del jurado en dicho concurso. 

Es una gran responsabilidad, sin duda, participar en la remodelación de uno de los museos más importantes de esa urbe europea, situado por demás en el Chiado, barrio insigne del casco histórico lisboeta. Sobre este reto y otros temas conversamos con Zeca, el primer arquitecto nacido en Cuba que gana un concurso de este tipo.

Según la revista Metalocus, la propuesta de remodelación “integra respetuosamente” un nuevo volumen ante los edificios históricos existentes, “creando una continuidad visual y funcional con la ciudad que busca equilibrar la memoria histórica y la arquitectura contemporánea para establecer el museo como un referente cultural y arquitectónico”.

¿Cómo recibiste la noticia del premio? 

Para decirlo de una forma muy resumida, fue un momento muy bonito. El tiempo pareció detenerse; me sentí lleno de alegría, comencé a saltar de emoción, llamé al resto del equipo y a mi familia. ¡Nuestro sueño se había hecho realidad!

Sabíamos que habíamos hecho un buen proyecto, teníamos consciencia de la importancia del concurso y de que, para poder conseguir un lugar entre los cinco premiados, nuestra propuesta tenía que responder muy bien a los desafíos del programa. Se presentaron 29 trabajos, entre los cuales se encontraban propuestas de estudios nacionales e internacionales. La nuestra fue la escogida por el jurado, destacada por su simplicidad y por la relación que el edificio establece respetuosamente con su entorno, O Chiado, zona emblemática de la capital portuguesa.

¿A qué retos te enfrentaste formando parte de este proyecto? 

Desde sus orígenes, los museos han desempeñado un papel fundamental en nuestra sociedad. Puedo decir que, en los últimos diez años de mi vida, he visitado muchos museos, galerías, salas de exposiciones, y casi todo lo relacionado “espacialmente” con el arte. Sin embargo, enfrentarme al desafío de diseñar uno me llevó a reflexionar: ¿qué es, para mí, un museo? Esa pregunta, aún sin respuesta, se convirtió en el primer y mayor reto. Dejarla en abierto me parece más interesante.

La arquitectura, para mí, es una disciplina profundamente colaborativa. En Del Medio Atelier apostamos por proyectos con un enfoque colectivo, trabajando con instituciones, artistas y otros arquitectos. Este enfoque nos permite responder a múltiples preguntas y enriquecer las varias ideas que, finalmente, confluyen en una única obra.

Ya desde el punto de vista más técnico (tectónico), el desafío fue ampliar el museo sin descaracterizar las intervenciones preexistentes, estableciendo un diálogo elocuente entre los tiempos arquitectónicos: pasado (lo que existía), presente (lo que existe) y futuro (lo que existirá). Nuestro proyecto incluye una nueva superficie de casi 5 000 m², pero el total del espacio alcanza unos 8 000 m². La coherencia fue clave desde el inicio hasta el final, especialmente en un proyecto donde queríamos dar lo mejor. Mantener esa coherencia entre estilos y temporalidades también fue un gran desafío.

Es la primera vez que un arquitecto cubano gana un premio de este tipo. 

Quiero abrir puertas, y este resultado apenas significa haber tocado “la puerta”. Ahora queda el deseo de que esta oportunidad se extienda a muchas y muchos arquitectos en Cuba. Sé que el talento existe; de eso no tengo ninguna duda. Soy un amante de la arquitectura cubana. Mi tesis de fin de carrera, titulada “Arquitectura moderna en Cuba (1947-1965): Ricardo Porro y las Escuelas de Bellas Artes Cubanas”, fue mi forma de conectar arquitectónicamente con mi país natal. Traje a Portugal un tema que nunca se había estudiado antes y, al darlo a conocer en la academia, sentí que estaba aportando un granito de arena.

Sueño con crear caminos, pero esto no se hace solo. Si esta noticia inspira, aunque sea a un solo joven arquitecto cubano, entonces para mí significa que estoy en el camino correcto.

¿En qué tipo de proyectos arquitectónicos te interesa colaborar?

Nos interesa colaborar en todo tipo de proyectos arquitectónicos. Dentro de esa diversidad, hay áreas donde tenemos mayor sensibilidad y otras donde nos cuesta más desenvolvernos; pero precisamente esos desafíos nos atraen. 

Estamos en una etapa donde queremos aprender, ser desafiados y trabajar en proyectos que reflejen nuestra visión: hacer arquitectura que trascienda el simple deseo de construir algo. Queremos que cada proyecto tenga un propósito significativo, que impacte de manera positiva a quienes lo habitan o experimentan.

¿En qué estás trabajando actualmente?

Actualmente estamos trabajando en proyectos de diferentes escalas: desde el diseño de muebles hasta proyectos de mayor envergadura, incluyendo concursos. Los concursos, en particular, nos ofrecen oportunidades para crecer como atelier, pero no son nuestro único enfoque. Nos interesa mantener diversidad en las escalas y sectores en los que intervenimos, lo cual refleja nuestro compromiso con la colaboración. Trabajamos en la intersección entre arquitectura, arte y sociedad, siempre buscando proyectos que desafíen nuestra creatividad y nos permitan aprender.

¿Qué arquitectos te interesan y por qué?

Me interesan muchos arquitectos, estudios de arquitectura y artistas: Rem Koolhaas (OMA y AMO), Alexandre Arrechea, Virgil Abloh, Pezo Von Ellrichshausen, Smiljan Radic, Nuno Melo Sousa, Carlos Garaicoa, Dan Graham, Anish Kapoor, Sumayya Valley (Counterspace), Bijoy Rain (Studio Mumbai), Francis Kere, Álvaro Siza, Ma Yansong, Thomas Heatherwick, Bjarke Ingels, MVRDV, Flores & Prats, Lina Bo Bardi, Denise Scott Brown, David Adjaye, Steven Holl, Sanna, Herzog & de Meuron, Valerio Olgiati, Frida Escobedo, Christian Kerez, entre otros. La lista es muy extensa y va variando.

De los arquitectos mencionados, me interesa mucho saber lo que piensan, leer lo que escriben, cuáles son sus referencias, sus trayectorias de vida y cómo llegaron a lo que son hoy en día. Después intento ir y descubrir cómo eso se manifiesta en sus obras.

Creo que las obras de los artistas mencionados me influyen por la manera en que manipulan la arquitectura y la alejan de su carácter “tectónico-funcional”, revelando su lado más poético.

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