“Que otros se sumen”: Emprendedor que regala pizzas a “deambulantes” en Santa Clara
Hace más de una década que Yumairy Sarduy Yglesia labora como trabajador por cuenta propia. Ahora regala pizzas a las personas que viven en la calle.
Hace más de una década que Yumairy Sarduy Yglesia labora como trabajador por cuenta propia. Ahora regala pizzas a las personas que viven en la calle.
Como si tener hambre fuera un crimen, los gobernantes antillanos pretenden justificar el uso de leyes represivas para frenar la mendicidad, a la vez que eludir su obligación como representantes del Estado
En Cuba nadie muere de hambre, dicen algunos, pero casi: poco nos falta.
¿Será Cuba una casa buena y confortable alguna vez?
No tenemos ni comida, ni pastillas para nuestros enfermos.
La vivienda cuenta con baño y cocina totalmente reparados, sala, dos dormitorios y terraza.
Al barrio hambriento hay que llevar comida, así como al trabajador hay que darle salario y servicios básicos garantizados que lo estimulen a producir.
Danay se sienta frente a los lujosos hoteles de La Habana para recibir ayudas económicas
Evelyn ha firmado la propiedad de su nueva vivienda, de placa, tres cuartos, baño y cocina azulejeados, dejando atrás su casita de madera, en peligro de derrumbe.
Si las personas necesitamos de alimentarnos para vivir, el castrismo y su socialismo en construcción necesitan de la pobreza y las calamidades para justificar la ineptitud y camuflar las ambiciones.
Hace más de una década que Yumairy Sarduy Yglesia labora como trabajador por cuenta propia. Ahora regala pizzas a las personas que viven en la calle.
Como si tener hambre fuera un crimen, los gobernantes antillanos pretenden justificar el uso de leyes represivas para frenar la mendicidad, a la vez que eludir su obligación como representantes del Estado
En Cuba nadie muere de hambre, dicen algunos, pero casi: poco nos falta.
¿Será Cuba una casa buena y confortable alguna vez?
No tenemos ni comida, ni pastillas para nuestros enfermos.
La vivienda cuenta con baño y cocina totalmente reparados, sala, dos dormitorios y terraza.
Al barrio hambriento hay que llevar comida, así como al trabajador hay que darle salario y servicios básicos garantizados que lo estimulen a producir.
Danay se sienta frente a los lujosos hoteles de La Habana para recibir ayudas económicas
Evelyn ha firmado la propiedad de su nueva vivienda, de placa, tres cuartos, baño y cocina azulejeados, dejando atrás su casita de madera, en peligro de derrumbe.
Si las personas necesitamos de alimentarnos para vivir, el castrismo y su socialismo en construcción necesitan de la pobreza y las calamidades para justificar la ineptitud y camuflar las ambiciones.