Al barrio hambriento hay que llevar comida, no “barrio-debates”
Al barrio hambriento hay que llevar comida, así como al trabajador hay que darle salario y servicios básicos garantizados que lo estimulen a producir.
Al barrio hambriento hay que llevar comida, así como al trabajador hay que darle salario y servicios básicos garantizados que lo estimulen a producir.
Danay se sienta frente a los lujosos hoteles de La Habana para recibir ayudas económicas
Evelyn ha firmado la propiedad de su nueva vivienda, de placa, tres cuartos, baño y cocina azulejeados, dejando atrás su casita de madera, en peligro de derrumbe.
Si las personas necesitamos de alimentarnos para vivir, el castrismo y su socialismo en construcción necesitan de la pobreza y las calamidades para justificar la ineptitud y camuflar las ambiciones.
En entrevista con ‘CubaNet’, Miguel Francisco Reyes Blanco cuenta lo que implica vivir en el sótano de uno de los bloques de edificios.
“Mi madre, que trabajó toda su vida y participó en la Revolución, hoy solo recibe 1.528 pesos. ¿No da pena?”, preguntó un internauta cubano.
A fuerza de hambre y apagones, no se cansan de repetir, ante la situación desastrosa que vive Cuba, que “con Fidel estas cosas no pasaban”.
A las Playas del Este vamos los pobres “menos pobres”, mientras que, a aquellos más hundidos en la desgracia y el abandono, no les queda más remedio que quedarse en casa.
La pobreza es una forma atroz de agredir y humillar que está dejando marcas visibles en los niños cubanos.
Chinches, escabiosis, muertes, el albergue de Las Guásimas se asemeja a un campo de concentración.
Al barrio hambriento hay que llevar comida, así como al trabajador hay que darle salario y servicios básicos garantizados que lo estimulen a producir.
Danay se sienta frente a los lujosos hoteles de La Habana para recibir ayudas económicas
Evelyn ha firmado la propiedad de su nueva vivienda, de placa, tres cuartos, baño y cocina azulejeados, dejando atrás su casita de madera, en peligro de derrumbe.
Si las personas necesitamos de alimentarnos para vivir, el castrismo y su socialismo en construcción necesitan de la pobreza y las calamidades para justificar la ineptitud y camuflar las ambiciones.
En entrevista con ‘CubaNet’, Miguel Francisco Reyes Blanco cuenta lo que implica vivir en el sótano de uno de los bloques de edificios.
“Mi madre, que trabajó toda su vida y participó en la Revolución, hoy solo recibe 1.528 pesos. ¿No da pena?”, preguntó un internauta cubano.
A fuerza de hambre y apagones, no se cansan de repetir, ante la situación desastrosa que vive Cuba, que “con Fidel estas cosas no pasaban”.
A las Playas del Este vamos los pobres “menos pobres”, mientras que, a aquellos más hundidos en la desgracia y el abandono, no les queda más remedio que quedarse en casa.
La pobreza es una forma atroz de agredir y humillar que está dejando marcas visibles en los niños cubanos.
Chinches, escabiosis, muertes, el albergue de Las Guásimas se asemeja a un campo de concentración.