LA HABANA, Cuba. — Funcionarios de la Gran Logia masónica de Cuba solicitaron la renuncia inmediata del Gran Maestro, Mario Alberto Urquía Carreño, por “minar nuestra credibilidad” y “para salvar lo más que sea posible” de la Orden Masónica en la Isla tras el robo de 19.000 dólares de su oficina.
La petición, difundida este viernes, fue suscrita por 18 funcionarios (aproximadamente el 90 por ciento) de la Gran Logia. En el documento, exponen su consternación por el robo del dinero, “destinado a poder asegurar las necesidades de los ancianos” que viven en el Asilo Nacional Masónico “Llansó”.
“(…) nos ha dejado extremadamente preocupados por el significado que eso tiene para una masonería, que ya casi no le queda pasar por más nada”, sostienen.
El dinero había sido trasladado hace pocos meses del Asilo Nacional Masónico “Llansó”, en el municipio Arroyo Naranjo, a la oficina del Gran Maestro en la Gran Logia de Cuba, ubicada en la Avenida Carlos III, municipio Centro Habana, para mayor resguardo.
Según la información difundida por el Patronato del asilo, el robo ocurrió el viernes de la pasada semana.
“Sin embargo, de ese suceso aborrecible e inmoral y todo alrededor de él, lo que más nos ha dejado un sinsabor es habernos enterado de que usted no procedió a denunciar el robo en el momento en punto en el que tuvo conocimiento del mismo, lo que hubiera podido permitir que se comenzara a esclarecer lo antes posible por las autoridades competentes este hecho, con la posibilidad de que pudieran hacer el trabajo policial pertinente sin interferencias ni destrucción pruebas necesarias para dar con el (los) autor(es) del delito”, exponen.
Mario Urquía solicitó al Patronato ocultar lo sucedido y un tiempo para reponer el dinero, pero estos exigieron dar parte a las autoridades. El Gran Maestro realizó la denuncia este miércoles en la estación de la policía de Zanja, en Centro Habana.
Los signatarios de la petición en cuestión refieren que, aunque no tienen elementos para señalar la participación de Mario Urquía en este delito, “no nos es posible mirar hacia otro lado cuando vemos con alarma el hecho de que demoró cuatro días la comunicación del hecho delictivo, el cual únicamente se supo porque por casualidad le pidieron parte del dinero”.
Este accionar lo consideran vergonzoso para la Masonería y, por tal motivo, “que ahora mismo acaba de minar nuestra credibilidad y la suya ante cada Hermano (…), es que pedimos que de manera inmediata renuncie usted a su responsabilidad al frente de la Gran Logia de Cuba para salvar lo más que sea posible”.
Mario Urquía Carreño ocupó el cargo tras las elecciones desarrolladas por la institución en marzo del pasado año. Tres meses antes, el entonces Gran Maestro, Francisco Javier Alfonso Vidal, había renunciado y anunciado su exilio desde Estados Unidos por el acoso de la Seguridad del Estado. Alfonso Vidal denunció que los agentes de la policía política lo presionaban para incidir en las decisiones internas de la Orden, la cual es una de las más fuertes de la Isla al contar con unos 25.000 miembros y gran prestigio histórico.
“Por vergüenza y respeto a sus hermanos, y por el bien de la Masonería, Mario Urquía debería aceptar la renuncia”, declaró a CubaNet un masón que solicitó anonimato. Pero existe la posibilidad de que Urquía se aferre a su mandato. En tal caso, la ley estipula que cincuenta logias de todo el país se unan para exigir su dimisión.
En caso de renunciar, asumiría las funciones uno de los firmantes de la solicitud: el Diputado Gran Maestro, Gerardo Cepero Díaz, quien tendría que convocar a elecciones para el próximos mes de marzo.
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