MIAMI, Estados Unidos. – En 1851, la destacada escritora sueca Fredrika Bremer visitó la mayor de las Antillas, acucioso viaje del que se conocen muchos detalles gracias a la publicación del volumen Cartas desde Cuba. En estas misivas, Bremer, una figura vanguardista y multifacética del siglo XIX, compartió no solo observaciones sobre la vida colonial cubana, sino también sus reflexiones sobre los derechos humanos y la emancipación de la mujer, temas recurrentes en su obra.
Bremer, nacida en 1801 en Finlandia, creció en una familia de alta burguesía y nobleza en Suecia. A pesar de su crianza privilegiada, desde joven desafió los roles tradicionales de género, rebelándose contra la visión patriarcal de su época. Esta actitud se reflejó en su obra literaria y en su incansable lucha por la igualdad de género.
“Más cerca de mi corazón queda el desarrollo de mi propio sexo, en el pensar y en el trabajo”, escribió en una de sus novelas, destacando su compromiso con el feminismo.
La llegada a Cuba fue un punto de inflexión para Bremer. En la Isla, su sensibilidad y curiosidad se volcaron hacia la exploración de una cultura totalmente nueva para ella. “La pasión con que relata lo que ve y vive en ese entorno, tan exótico para una mujer criada en un castillo del campo sueco, debe despertar en cualquier norteño una admiración especial”, menciona un artículo de la revista Opus Habana.
Sus cartas desde Cuba, enviadas a su hermana, son una ventana a su percepción única de la vida en la Isla. Estas cartas muestran su capacidad para captar la esencia de un lugar tan diferente a su entorno natal y revelan su compromiso social con los desfavorecidos, especialmente con los esclavos, un tema que la perturbaba profundamente y que fue una constante en su viaje por el Nuevo Mundo.
Su carrera literaria comenzó en 1827, y para 1848, ya era una novelista reconocida internacionalmente. Este reconocimiento la llevó a viajar por Estados Unidos y más tarde a Cuba.
La influencia de Fredrika Bremer se extendió más allá de su muerte en 1865. Si bien su popularidad declinó con el paso del tiempo, el 200 aniversario de su nacimiento revivió su relevancia, especialmente sus pronunciamientos por un nuevo mundo y una nueva ética en las relaciones humanas.
Sus cartas desde La Habana son un testimonio de su genio periodístico y su incansable búsqueda de un mundo más justo. Además, destacan su papel como precursora del feminismo y la lucha por los derechos humanos.
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