SAN LUIS POTOSÍ, México.- Medallistas olímpicos, entrenadores y la delegación toda que acudió a la cita en París fue “agasajada” a su llegada de Europa, con unos pocos “pepinos” de ¿sirope?, ron refino y un retrato de Fidel Castro.
En un día tan significativo como un martes 13 (asociado históricamente a la mala suerte), coincidente, además, con el natalicio del dictador Fidel, los cubanos, posiblemente con jet lag y sin haber tenido tiempo de compartir con su familia, fueron “celebrados” por sus vecinos.
Nada mejor podía ocurrírseles a los organizadores de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR): un cake con una bandera cubana, ron Don Diego y unas botellas plásticas con un líquido oscuro en su interior que se asemeja a algún sirope.
Obligados a sonreír, retratarse, escuchar canciones en la voz de sus vecinos, ver niños bailar, posar junto a una presidenta del CDR, los miembros del grupo participante en la cita deportiva tuvieron que recibir, además, un cuadro con un collage con el rostro de Castro.
Los perfiles de los funcionarios castristas se han hecho eco de semejante acogida y han creado una estampa viva de la ridiculez: los atletas olímpicos, luego de extensas jornadas de esfuerzo físico, reciben ron barato y cake con merengue encima (¿con harina de trigo?) y posan con un fondo de cadenetas, banderas de los CDR, otras con el nombre de Fidel, unos pocos globos desinflados, y todo el comité.


Yusneylis Guzmán, “La Chiqui”, festejó “con la motivación del cumpleaños 98 de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro”, señaló el coordinador provincial de los CDR en la capital.
Con el hashtag #FidelPorSiempre, decenas de fotos del recibmiento de la delegación circulan por las redes, sin poder desprenderse del fantasma del dictador.


Pareciera que el régimen ha sabido hacerlo esta vez: una conmemoración carente de sentido y que podría haber estado completamente vacía la hicieron coincidir con una celebración a los campeones para, al menos, convocar a un puñado de vecinos para las fotos. De paso, justifican las tandas de cake en un país que no tiene harina para elaborar el pan de la canasta básica.
Una postal de la decadencia: la infausta “fiesta” a los olímpicos cubanos es la expresión de la debacle del sistema deportivo estatal cubano que es, en definitiva, una consecuencia más de un régimen agonizante.


En París 2024, la delegación cubana obtuvo apenas nueve medallas y dos títulos dorados. Solo el quinto oro en Juegos Olímpicos del estelar Mijaín López y el oro de Erislandy Álvarez en boxeo salvaron a la delegación cubana de irse sin títulos en los Juegos, algo para lo que habría que remontarse a México 68, donde los cubanos obtuvieron cuatro platas.
La delegación cubana queda por debajo, de esta manera, de los pronósticos oficiales que auguraban cinco medallas de oro.
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