 
          enero-junio 2017 /
        
        
          pág 51
        
        
          Cimbra
        
        
          De su etapa de estudiante guarda
        
        
          gratos recuerdos,a pesar del esfuerzoque
        
        
          suponía dedicar cada día dos horas en el
        
        
          bus. Las asignaturas más duras, clases
        
        
          como la del profesor Soriano, que impar-
        
        
          tía dibujo técnico, empezaban llenas y a
        
        
          medida que llegaba el mes de noviembre
        
        
          se iban vaciando.“Pero cuando aproba-
        
        
          bas sentías como si ya hubieras termina-
        
        
          do la carrera”, comenta. También de esa
        
        
          etapa recuerda a los profesores Soriano
        
        
          hijo, Teófilo, Germán, Clementina y Be-
        
        
          goña, y las excursiones de geología.
        
        
          Sus inicios profesionales también
        
        
          fueron muy estimulantes. Disfrutó de
        
        
          una gran oportunidad. Nada más acabar
        
        
          los estudios comenzó a trabajar en su
        
        
          ciudad, algo que en la realidad econó-
        
        
          mica y laboral actual es absolutamente
        
        
          imposible. Era el paraíso de los ingenie-
        
        
          ros, innumerables obras, contratos inde-
        
        
          finidos, condiciones laborales duras, pero
        
        
          salarios dignos. Trabajó como jefe de
        
        
          obra en ACIS, PAS, encadenó contratos
        
        
          de una empresa a otra, con mejoras sala-
        
        
          riales hasta llegar a CONCALSA donde
        
        
          trabajó durante 8 años.
        
        
          Su vida era perfecta, trabajando codo
        
        
          con codo con grandes profesionales  en
        
        
          una empresa familiar con unos fuertes
        
        
          valores humanos, dirigida por un gran
        
        
          hombre  que respetaba y reconocía el ta-
        
        
          lento de cada uno, un sabio que fomen-
        
        
          taba el crecimiento de sus colaboradores,
        
        
          infundiendo confianza y que siempre es-
        
        
          taba al lado de los trabajadores.
        
        
          Pero llegó la crisis y su vida, como la de
        
        
          muchos otros profesionales, giró 180 gra-
        
        
          dos.  Tuvo que replantear su futuro pro-
        
        
          fesional y empezar desde cero. Se puso a
        
        
          estudiar idiomas y asumir nuevos retos.
        
        
          Comenzó a trabajar en un sector
        
        
          desconocido, las energías renovables, en
        
        
          la construcción de plantas fotovoltaicas.
        
        
          El destino nada más y nada menos que
        
        
          el desierto de Atacama-Chile. Cuando
        
        
          le llegó esta oportunidad tenía tres días
        
        
          para incorporarse a la obra. Mientras
        
        
          volaba hacia Chile se produjo un terre-
        
        
          moto de 8.3 grados. Cuando aterrizó solo
        
        
          tenía un deseo: regresar a España. Pero
        
        
          durante cuatro días, como hubo réplicas
        
        
          del terremoto, la retuvieron en Santiago
        
        
          de Chile y, finalmente, su estancia en Ca-
        
        
          lama tuvo una duración de cinco meses
        
        
          seguidos.  Después recorrió otros países
        
        
          Guatemala, Sudáfrica y México, siem-
        
        
          pre trabajando en el mismo sector: en la
        
        
          construcción plantas solares.
        
        
          Actualmente trabaja como Quantity
        
        
          Surveyor  (QS) en la empresa Técnicas
        
        
          Reunidas,  en el Sector de Oil & Gas en
        
        
          Emiratos, en un proyecto modular que
        
        
          consta de 44 módulos más todo el ma-
        
        
          terial Stick Built. “Hail Surface Facilities
        
        
          EPS Project”.
        
        
          En un taller de construcción en Abu
        
        
          Dhabi, se fabrican y ensamblan los mó-
        
        
          dulos, que son las piezas de un gran me-
        
        
          cano que es la planta. Una vez están ter-
        
        
          minados salen en barcazas hasta la obra
        
        
          (dos islas artificiales); donde se instalan
        
        
          y se interconectan los distintos módulos,
        
        
          consiguiendo una sensible disminución
        
        
          de trabajos y plazos de ejecución. Su la-
        
        
          bor en QS consiste en medir todas las
        
        
          disciplinas del proyecto,modificaciones y
        
        
          trabajos a mayores  sobre las obras pre-
        
        
          vistas que haya que realizar.
        
        
          Cuando el subcontratista presenta
        
        
          el “Progess Payment Certificate” revisan
        
        
          con ellos las diferencias con respecto a
        
        
          su medición. Comenta que“aquí es don-
        
        
          de empieza realmente el trabajo duro y
        
        
          como mujer más todavía al estar en un
        
        
          país de cultura árabe”. Las reuniones son
        
        
          tensas, hay que tener más aplomo, segu-
        
        
          ridad y confianza en el trabajo realizado,
        
        
          porque por su carácter intentan siempre
        
        
          intimidar, distraer e incluso confundir.
        
        
          Cuenta que llaman, a veces, alYard Ma-
        
        
          nager, su superior, intentando ponerla
        
        
          en evidencia. Pero ahí, dice, es cuando
        
        
          se prueba el gran nivel profesional de los
        
        
          españoles, que realizan su trabajo con
        
        
          solvencia y responsabilidad personal,
        
        
          “nada que ver con otros compañeros de
        
        
          otras latitudes, que se toman todo con
        
        
          más distancia y tranquilidad”, dice.
        
        
          Para Ana está suponiendo un reto
        
        
          trabajar en Emiratos, no solo porque el
        
        
          trabajo es diferente al que ha desarrollado
        
        
          hasta ahora,sinopor la barrera del idioma.
        
        
          Además, confiesa que nunca habría salido
        
        
          de España si hubiese sabido que hay que
        
        
          que trabajar más de 60 horas a la sema-
        
        
          na, a más de 40 grados la mayor parte del
        
        
          tiempo, que el inicio de la jornada es antes
        
        
          de las 6 de la madrugada, que tiene que
        
        
          aceptar que los subcontratistas le llamen
        
        
          ”lady”o que miren a su compañero para
        
        
          que ratifique lo que dice.
        
        
          A todos estos inconvenientes, ade-
        
        
          más, se le añaden que echa de menos la
        
        
          comida mediterránea y la vida social es-
        
        
          pañola. El tiempo libre se reduce a una
        
        
          salida con los compañeros un día a la
        
        
          semana, o a hacer algo de ejercicio.“No
        
        
          puedes ni pasear sola”, comenta. No es
        
        
          recomendable ni seguro  para una mu-
        
        
          jer sola.“Bañarte en una playa puede ser
        
        
          una ofensa dependiendo de la ropa que
        
        
          lleves”. Pero a pesar de la experiencia que
        
        
          está viviendo, con más sombras que lu-
        
        
          ces, disfruta de su día a día y está orgu-
        
        
          llosa de ejercer su profesión, intentando
        
        
          siempre hacer las cosas lo mejor posible.
        
        
          Ana es un ejemplo de mujer lucha-
        
        
          dora. Confiesa que lucha día a día para
        
        
          salir adelante, pero que le dan fuerza el
        
        
          sentir el apoyo de su familia, y que su
        
        
          madre siempre ha sido su referencia,
        
        
          porque ha sido una trabajadora incansa-
        
        
          ble. Sus hermanos y sus sobrinos seguro
        
        
          que se sienten orgullosos de ella. A ellos
        
        
          precisamente les quiere lanzar un men-
        
        
          saje:“si quieres, puedes”. Hay que saber
        
        
          disfrutar de cadamomento, aprender de
        
        
          las experiencias y quedarse con las cosas
        
        
          que suman.
        
        
          n
        
        
          Ana del Rey