En Aira todo se resume en la voluntad de invención no realista. Más que una elección, se trata de una condición: lejanía, descreimiento de las ideologías, de la política, del fútbol, de las teorizaciones intelectuales.
Hay en César Aira cierta frialdad esencial, cierto regusto excesivo por lo verbal, que lo convierten en alguien dotado para el ejercicio de la crítica literaria.