El cine cubano se proyecta en Berlín gracias al festival Big Cuba

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Fernando Pérez, invitado especial en el Festival de Cine Big Cuba (Berlín)
Fernando Pérez, invitado especial en el Festival de Cine Big Cuba - Berlín (FOTO Instagram / babylonberlin - detalle)

Desde el 24 de julio se celebra en Berlín la primera edición del Festival de Cine “Big Cuba”, un evento que promueve la cinematografía del país caribeño en Alemania. El certamen es auspiciado por el complejo cultural Babylon, que acoge, hasta el próximo sábado 4 de agosto –fecha de cierre–, un programa de aproximadamente cincuenta títulos, en un interesante recorrido por la producción fílmica cubana desde los años sesenta del pasado siglo hasta nuestros días.  

El cine independiente tiene especial protagonismo en la selección que estuvo a cargo del realizador cubano Ricardo Bacallao, quien viven en Berlín hace varios años. De la movida independiente cubana se ve por estos días en la capital germana, entre otros, los documentales El caso Padilla (Pavel Giroud, 2022), Llamadas desde Moscú (Luis Alejandro Yero, 2023) y La Habana de Fito (Juan Pin Vilar, 2022), así como las ficciones Memorias del desarrollo (Miguel Coyula, 2010), Vicenta B (Carlos Lechuga, 2022) y La mujer salvaje (Alán González, 2023). Todas estas obras son relevantes a fin de mostrar al público internacional el pensamiento creativo y político de los creadores fílmicos cubanos más jóvenes; voces reconocidas a nivel internacional que vienen contribuyendo a mostrar las complejidades políticas, sociales y económicas de Cuba en la actualidad. Algunos de estos realizadores, como Giroud y Lechuga, residen y trabajan en la diáspora; asimismo, varios de estos filmes (Llamadas desde Moscú, La Habana de Fito, Memorias del desarrollo Vicenta B) han experimentado diversos grados de censura por parte del gobierno de la isla.  

Del repertorio clásico cubano posterior a 1959, componen la programación trabajos de dos directores imprescindibles: Sara Gómez y Tomás Gutiérrez Alea. De la primera se exhibirá la copia restaurada de su único largometraje de ficción, De cierta manera (1974), y del segundo se proyectarán La muerte de un burócrata (1966), Los sobrevivientes (1978), Memorias del subdesarrollo (1968) y La última cena (1976)así como Fresa y chocolate (1993) y Guantanamera (1995), estas dos últimas dirigidas junto al también importante director Juan Carlos Tabío

Puede sostenerse que, en términos generales, con esta muestra se conseguiría señalar giros importantes experimentados por la cinematografía cubana y desautomatizar imágenes estereotipadas de Cuba que todavía perviven en muchos contextos internacionales.

“Es de una total falta de lógica que se continúen censurando películas en Cuba”, dijo a Rialta Noticias Ricardo Bacallao, quien es además el director del evento. “Hace ya cierto tiempo que no voy, pero solo saber que se siguen prohibiendo películas por motivos políticos en mi país, incluso filmes que no presentan ningún tipo de conflicto ideológico evidente, resulta muy lamentable, además de arcaico”, añadió. Frente a tal situación, Bacallao se ha sentido todavía más motivado a impulsar “un espacio de cultura cubana en Berlín, que vaya más allá del criterio que tiene los alemanes de la cultura cubana”.

“Uno de los grandes problemas del ser humano es la comunicación, y hoy, muchas veces, el mensaje que llega de Cuba al mundo no es exactamente el mensaje que se está buscando emitir. Mucha gente acá, por ejemplo, incluso personas cercanas al universo del ajedrez, no saben que nosotros tenemos un campeón de ajedrez, un campeón mundial, José Raúl Capablanca. Todavía hay quien entiende que la cultura cubana es la rumba, el tabaco y el ron. El objetivo de querer romper con esta concepción, y mostrar una Cuba más compleja en el festival, me ha traído discusiones con mi contraparte alemana, pero he corrido con bastante suerte y al final ha predominado un criterio coherente”, aseguró el promotor cultural.

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Big Cuba abrió su programación con el documental Bebo (2023)del propio Ricardo Bacallao, que llega al evento en calidad de estreno nacional. El filme es un homenaje al prestigioso músico cubano Bebo Valdés, quien vivió en Suecia desde principios de la década del sesenta del pasado siglo. Bebo fue estrenado el año pasado en el Festival de Cine de Miami, justo cuando se cumplía la primera década del fallecimiento a los 94 años del prestigioso pianista. La película incluye imágenes del músico –“material de archivo de la única entrevista con él para la televisión sueca” (ofrecida en 2005, según detalla la sinopsis)–, así como testimonios de sus familiares. 

Ese mismo día de apertura, tras el pase del documental, se presentó en concierto el pianista Roberto Fonseca, en una actuación que cumplía también con el propósito de Big Cuba de acompañar el cine con otras expresiones de la cultura cubana como la danza, la literatura o el deporte. Con ese objetivo han sido convocadas otras personalidades como, por ejemplo, el escritor Marcial Gala.

Entre las propuestas más significativas de esta primera edición de Big Cuba destaca una amplia retrospectiva de Fernando Pérez, uno de los directores audiovisuales más prestigiosos de Cuba, presente por algunos días en Berlín en calidad de invitado especial. Este realizador ha enhebrado uno de los estilos más singulares y reconocibles de la cinematografía nacional, a partir de su debut en el largometraje de ficción con Clandestino (1987)y después con películas tan destacadas como Madagascar (1994), La vida es silbar (1998) y Suite Habana (2003)Sus producciones son esencialmente humanistas; películas que procuran sostener un diálogo con el país y su devenir histórico, atentas al modo en que las circunstancias económicas/políticas inciden en la vida de las personas.

Hoy Fernando Pérez mantiene una posición política activa dentro del gremio de cineastas de la isla, a la cabeza del grupo que, en la recientemente reactivada Asamblea de Cineastas Cubanos, busca sacudir criterios autoritarios de la institucionalidad fílmica nacional. Además de las obras suyas ya mencionadas, también llegan a las pantallas de esta cita berlinesa Madrigal (2007), José Martí, el ojo del canario (2010), La pared de las palabras (2014) y El mundo de Nelsito (2022).

La idea de este festival surgió hace un par de años. Cuenta Bacallao que “estaba en Escocia, invitado al Havana Glasgow Film Festival, que emprende en esta ciudad [su] amigo Hugo Rivalta”, cuando pensó en que “sería sumamente interesante hacer algo similar en Berlín”.

“Eso fue en 2022”, señala, “pero se interpuso la realización de mis películas y después vino el proceso de presentar el proyecto a varias instituciones y fundaciones para garantizar el financiamiento necesario, hasta que finalmente Babylon apostó y se pudo lograr el festival”.

Big Cuba coloca ahora mismo en la capital alemana a varias de las figuras clave del cine cubano de estos tiempos. “La gran mayoría de las películas de/sobre Cuba, más que nada las producciones de los últimos años, se estrenan en festivales alrededor del mundo y prácticamente no llegan acá, a menos que entren al Festival Internacional de Cine de Berlín”, subraya Bacallao. “Advertí acá ese espacio vacío que es necesario ocupar –sí existe un festival de cine cubano en Frankfurt, pero de tendencia más oficialista–. Y lo estamos ocupando”.

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