
Crónicas del absurdo (77 min.), la más obra del cubano Miguel Coyula, ganó el Premio a Mejor Película en la competencia Envision del International Documentary Film Festival Ámsterdam (IDFA), el certamen más grande e influyente que anualmente se consagra al género documental.
“Formalmente compleja y con un lenguaje cinematográfico que surge de manera orgánica y directa de sus limitaciones, esta película nos impresionó por el uso de una pista de audio como diario político. Por su forma radical que coincide y encarna el espíritu radical de los artistas que se niegan a ser silenciados, el jurado otorga el Premio IDFA a la Mejor Película a Crónicas del absurdo de Miguel Coyula”, indica el fallo que adjudicó el lauro dotado con 15 mil euros.
“[¡]Gracias a todos los que la hicieron posible!”, dijo Coyula este viernes en redes sociales. tras compartir la buena noticia.
Flanqueado por su pareja sentimental y creativa, la actriz y escritora Lynn Cruz, Coyula expresó en el momento de recibir el galardón: “Vivimos en un país disfuncional como Cuba; hemos llegado aquí desde un apagón de día y noche –de hecho, Crónicas del absurdo comienza también con un apagón, irónicamente”–, y hay ahora mismo un montón de prisioneros políticos en Cuba… Pero vivimos en Cuba, queremos seguir haciendo filmes en Cuba, queremos hacerlas por fuera del sistema como el único modo de tener realmente completa independencia. No en el sentido de que costeemos las películas de nuestros bolsillos, sino independencia en forma y contenido…”.
Por su parte, Cruz agradeció especialmente una carta recibida hace un par de meses en La Habana; la firmaba Orwa Nyrabia, director artístico del IDFA.
Luego compartió la misiva en su perfil de Facebook: “Estamos asombrados. El trabajo que han realizado es sobresaliente. Es obvio que la experiencia personal/política que nos comparte la película es sobresaliente. Nuestra solidaridad también debe ser clara. Sin embargo, esto también trata sobre cómo todo esto se convirtió en Crónicas del absurdo. El proceso, las valientes elecciones artísticas, la manera en que este enorme dolor fue compartido con nosotros es magistral y orgánica profundamente honesta y amorosa. Todo este amor y toda esta ira… son nuestros ahora”, se lee ahí.
Asimismo, Cruz ha confesado este viernes que se trata de “la película más desagradable en la que he trabajado jamás. Suerte que, como isleños, el humor sea, acaso, el arma más fuerte que tengamos”. Y agregó: “Gracias a todos los que han entrado a nuestras vidas en estos 11 años registrados en la película”.
En la web de IDFA –cuya edición actual tiene lugar del 14 al 24 de noviembre– puede leerse una sinopsis algo más larga de lo habitual donde se alude al contexto sociopolítico que retrata y denuncia el filme, que aborda el arduo proceso creativo que implica hacer cine independiente en la isla.
“En Cuba, los artistas deben ser reconocidos por un instituto estatal que garantice que su trabajo encaje con la visión política del gobierno. Ser un artista independiente significa: ni ingresos, ni derechos, pero sí todo tipo de supervisión e intimidación”, leemos. “Cuando el cineasta independiente Miguel Coyula eligió a la actriz Lynn Cruz para su nuevo largometraje distópico Corazón azul en 2011, fue el comienzo de una relación profesional y romántica. También es el comienzo de este documental, que destaca una serie de encuentros inquietantes que los artistas han tenido desde entonces con una variedad de organizaciones e individuos; al estilo kafkiano, la opresión los acecha por todos lados. Incluso de los críticos del régimen, que los afrontan en el exterior con idéntico dogmatismo”.
“En diez capítulos elípticos”, prosigue el texto de presentación, “Crónicas del absurdo cuenta esta historia casi en su totalidad en grabaciones sonoras, a menudo realizadas en secreto. Las transcripciones textuales, presentadas en un texto gráfico que enfatiza la dinámica de las conversaciones, están vinculadas a fotografías de pasaporte, logotipos, carteles de películas y pinturas de la artista cubana Antonia Eiriz. La forma austera refleja las dificultades de los cineastas cubanos, cuya libertad de expresión es violada diariamente por un sistema despótico”.
El lunes 18 de noviembre fue el estreno en IDFA de Crónicas del absurdo; ese mismo día Miguel Coyula compartía en Facebook la primera reseña, en neerlandés, de su película: “La describen como «una obra maestra kafkiana»”, hizo notar el autor de otras piezas relevantes del cine cubano de los últimos años, como Cucarachas rojas (2003), Memorias del desarrollo (2010) o Nadie (2017). “Gracias a todos los que participan en ella”.