LA HABANA, Cuba. — A los libros sobre la vida de la fotógrafa italiana Tina Modotti, entre los que descolla Tinísima, de la mexicana Elena Poniatowska, se ha sumado recientemente Mucho más que un cuerpo desnudo, de la cubana Reina de la Caridad Torres Pérez, publicado en La Habana por la Editorial Pablo de la Torriente Brau.
En todos esos libros se alaba la belleza y el talento artístico de Modotti, se habla de su dedicación a la causa comunista y de su relación amorosa con Julio Antonio Mella, pero eluden tocar el tema de las sospechas acerca de su implicación en el asesinato en México, el 10 de enero de 1929, del líder estudiantil cubano.
Según parecen indicar las investigaciones de historiadores de la izquierda mexicana, los asesinos de Mella no fueron sicarios del dictador Gerardo Machado, como sostiene la historiografía oficial cubana, sino pistoleros al servicio de Stalin y el Komintern.
Tras el VI Congreso del Komintern (Moscú/I928), el Partido Comunista mexicano, enfrascado en una “reorientación ideológica”, había ordenado a Mella, entonces exiliado en ese país, que renunciara a sus planes de embarcarse en una expedición de Veracruz a Cuba para derrocar al régimen de Machado.
Cuando Mella se negó y dijo que continuaría con sus preparativos, amenazaron con expulsarlo del partido por su desobediencia. Airado, presentó su dimisión. Luego la retiró y abandonó el plan. Pero había incurrido en un pecado que los estalinistas no perdonaban: vincularse con el trotskismo. Lo acusaron de trotskista. El principal de sus acusadores fue Vittorio Vidali, un italiano que era amante de su compatriota Tina Modotti antes de que esta iniciara su relación con Mella. Esto ha hecho sospechar a algunos que el asesinato de Mella pudo ser un crimen pasional.
Modotti y Mella, muy jóvenes, bellos y desafiantes de la moral tradicional, como indica la foto que se hicieron tomar desnudos en una azotea de Ciudad México en 1928, no resultaban muy dados a la fidelidad conyugal. Se dice que Tina Modotti, además de con Vidali y con Mella, también se fue a la cama con sus camaradas comunistas Javier Guerrero, el pintor Diego Rivera y su esposa, la también pintora Frida Kahlo.
La policía mexicana acusó a Tina Modotti de estar involucrada con Vidali en el asesinato de Mella, pero no hubo pruebas definitivas que lo confirmaran.
En 1930, por sus actividades subversivas, la Modotti fue deportada a Europa por las autoridades mexicanas. En el mismo barco viajó Vittorio Vidali con documentos de identidad falsificados.
Ambos reaparecieron varios años después en la Guerra Civil española: Tina como asistente y enfermera de Dolores Ibáburri (la Pasionaria) y Vidali como comisario político del Quinto Regimiento y perseguidor de trotskistas durante la sangrienta purga de Barcelona, en 1937.
Tina Modotti murió en México en enero de 1942 a causa de un ataque cardíaco. Tenía 42 años. Vittorio Vidali murió en Italia, en 1983.
Cuando yo era niño, varias veces escuché a mis abuelos paternos y a su amiga Maria Luisa Laffita comentar acerca de las sospechas sobre las implicaciones de Tina Modotti y Vidali en el asesinato de Mella. Y no eran habladurías: María Luisa Laffita conocía bien a Modotti, porque junto a ella y la actriz María Valero fungió también como asistente de la Pasionaria durante la guerra en España.
Siempre se comentó que Mario Vizcaíno, el esposo de María Luisa, quien era miembro del grupo armado La Joven Cuba, fue quien ultimó en La Habana —a mediados de los años 30— a José Griñat, el asesino de Mella.
No había dudas de que Griñat era el asesino, lo que nunca se supo fue si actuó al servicio de Machado, de los estalinistas mexicanos o del celoso y despechado Vittorio Vidali.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.