CAMAGÜEY, Cuba. – Daimarelis Caro Montero, una adolescente de 15 años del municipio de Najasa, en Camagüey, padece de diabetes y de una desnutrición “preocupante”. Su madre, Darlenis Montero Silva, desde inicios del año ha recurrido a las redes sociales en busca de ayuda para obtener medicamentos y comida para su hija. Montero Silva afirma que solo recibe, por concepto de Seguridad Social, 2.600 pesos mensuales para mantener a su hija (un equivalente a 8,6 dólares al cambio informal).
Las largas e incómodas filas de la población en busca de medicamentos dan cuenta de la crisis sanitaria que se vive en la Isla. Olivia, de 69 años, en la fila de la Farmacia 651 en la ciudad de Camagüey, expresó que lleva “más de dos meses” sin poder tomarse “la pastilla de la presión”. “No sé hasta cuándo seguirá esto”, lamenta.
De los 359 medicamentos que necesita Cuba, faltan 251 para proveer a la población, de acuerdo con declaraciones de las autoridades durante las sesiones del Parlamento en julio de 2023. Esto quiere decir que faltaría el 70% de los medicamentos y que solo el 30% estaría cubierto.
La información oficial más cercana es también de hace siete meses, cuando Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma, dijo a medios oficiales: “No se logró tener los recursos para producir toda la gama de medicamentos con el fin de garantizar el cuadro básico”.
Según una trabajadora de la Farmacia 651, identificada como Gladys, hace más de “seis meses” que “no entran medicamentos para la hipertensión ni para el asma”. También, “están en falta” el alprazolam, el clonazepam y “varios medicamentos para los nervios”, además de los que son necesarios para el corazón y la regulación del ritmo cardíaco.
Ante la escasez de suministro en las farmacias y hospitales, donde faltan hasta jeringuillas y reactivos, ha surgido un mercado virtual en las redes sociales y en el que las personas pueden comprar, vender o intercambiar medicamentos. En plataformas como Facebook, WhatsApp y Telegram se han creado grupos que funcionan como espacios alternativos para satisfacer las necesidades de la población.
En ellos se publican los requerimientos específicos y se esperan respuestas de otros miembros dispuestos a vender o intercambiar medicamentos, a precios significativamente más altos que los fijados por las farmacias estatales. Por ejemplo, un paquete de enalapril o captopril, que contiene solo 10 pastillas, puede llegar a costar entre 300 y 400 pesos en moneda nacional, lo que normalmente en una farmacia cuesta entre tres y diez pesos (0,1 USD). Otros medicamentos, como el clonazepam y el alprazolam pueden superar los 1.000 pesos, al igual que la penicilina y los antibióticos intravenosos, que tienen un costo de más de 500 pesos por bulbo.
La especulación se explica porque, aquellos que reciben medicamentos directamente desde el extranjero, después de abastecerse para sí mismos, venden el excedente a precios determinados por la ley de oferta y demanda: a mayor escasez, mayor precio.
Entre los hospitales y centros de salud, que se enfrentan a la escasez de suministros médicos básicos está el Hospital Provincial “Carlos Manuel de Céspedes”, de Bayamo, cuyos médicos fueron juzgados y condenados por la muerte de un paciente, debido a la carencia de insumos que presentaba dicha instalación.
Una doctora que prefirió mantenerse en el anonimato dijo a CubaNet que “es extremadamente frustrante saber el diagnóstico de un paciente y que, con un plan de cierto medicamento, puede mejorar y hasta rebasar la enfermedad sin complicaciones, y no poder resolver su problema por la falta de ese mismo medicamento”.
“A la hora de recetar cualquier medicamento, tratamos de convencer al paciente primeramente de que tome interés y busque la manera de obtenerlo, ya que en las farmacias no hay disponibilidad”, agregó.
Con respecto a la situación de los médicos de Bayamo, expresó: “Que nos juzguen por no tener recursos ni medios para hacer lo que más nos gusta, que es ayudar, salvar, curar, es lo peor que nos puede pasar. Pero, desafortunadamente, justo a eso nos enfrentamos todos los días en este país”.
En julio del año pasado la encuesta de Salud Integral del proyecto Cubadata mostró con cifras la crisis sanitaria en la Isla. El 57,6% de los cubanos consultados enfrentaba serios obstáculos para obtener atención médica, y más de un 80% tenía dificultades para hallar medicamentos.
A principios de este mes, el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, en un reporte de la Presidencia reconoció que la escasez de medicamentos e insumos continuaría. “La mejor respuesta que podemos dar a nuestra población en tiempos tan difíciles es la calidad de los servicios”, dijo.
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