LA HABANA, Cuba.- Este 25 de marzo se cumplen 121 años del natalicio de Julio Antonio Mella. La historiografía castrista siempre ha omitido detalles sobre la vida íntima del joven líder comunista. Por ello, pocos cubanos saben que Mella estuvo casado y tuvo una hija y que ninguna de las dos fue comunista.
En la reciente Feria del Libro fue presentado en el Pabellón Cuba el libro Julio Antonio y Natasha Mella. Reencuentro al final del camino, de los historiadores Adys Cupull y Froilán González, publicado en el año 2020 en México y que da continuidad a otro titulado Hasta que llegue el tiempo.
En el primero de los mencionados libros hay interesantes informaciones sobre Natasha Mella Zaldívar, la hija que tuvo el revolucionario con Olivia Margarita Zaldívar Freyre.
La mayoría de esas informaciones fueron obtenidas por los autores a través de funcionarios cubanos que viajaron a Estados Unidos, donde residía Natasha Mella, para entrevistarla e intentar captarla.
La madre de Natasha, Olivia Margarita Zaldívar Freyre, a quien los íntimos llamaban Olivín, pertenecía a una rica familia camagüeyana. Mientras estudiaba en la Universidad de La Habana las carreras de Derecho y Filosofía y Letras, conoció a Mella. Contrajeron matrimonio legalmente el 19 de julio de 1924, aunque con la oposición familiar, pues Mella era considerado una pareja impropia para ella, debido a sus ideas políticas.
Al marchar Mella hacia México, por la persecución a que estaba sujeto por el gobierno de Gerardo Machado, su esposa, embarazada, lo siguió. En México nació la hija, el 19 de agosto de 1927. La nombraron Natalia, pero la madre le cambiaría el nombre por Natasha el 11 de noviembre de 1947, por deseo expreso del padre ya fallecido, y de la propia hija.
Debido a la precaria situación económica que tenían en México, a los diez días de nacida la niña, Mella se fue a buscar trabajo en los Estados Unidos para sostener a su familia.
Cuando el abuelo de Olivín envió 200 dólares para ayudarlos, ella quiso comprar una cuna para la pequeña, que estaba durmiendo en la tapa de una maleta, pero Mella dispuso usar el dinero en la propaganda partidista, algo que enfureció mucho a su mujer.
Olivín tomó un barco que pasaría primero por La Habana para ir a reunirse con Mella en los Estados Unidos. Pero su familia la convenció para que se quedase en Cuba y que no siguieran pasando trabajo ella y la hija.
Olivín y la niña no volverían a encontrarse con Mella, que fue asesinado en Ciudad México, el 10 de enero de 1929, cuando iba con Tina Modotti, su amante.
El 19 de diciembre de 1933 Olivia Zaldívar firmó juramento como Encargada de Negocios de Cuba en Noruega. En 1935 fue nombrada Primera Secretaria de la Embajada de Cuba en Alemania, cargo que ocupó hasta los primeros años de la Revolución. La dejaron cesante por discrepar del embajador soviético, que quiso imponer condiciones políticas que ella consideró un chantaje, dijo que solo obedecía a su patria, y emigró hacia Estados Unidos.
Natasha acompañó a su madre en viajes donde visitaron museos y monumentos en Dinamarca, Suiza, Italia, Alemania y España; tenían familiares en Madrid.
Natasha Mella fue una persona muy culta. Hablaba noruego, francés, inglés y alemán. Amante de la cultura europea, especialmente la alemana, admiraba a Hegel. Tenía una buena biblioteca. Además, era jardinera, actividad de la cual vivió en los Estados Unidos.
Durante su juventud, mientras estudiaba en la Universidad de La Habana, fue postulada para concejal por el Partido Ortodoxo, pero no fue electa. Con el tiempo se arrepintió de haber sido ortodoxa, cambió su opinión sobre Eduardo Chibás al considerarlo oportunista y expresó que su partido aprovechó su inexperiencia juvenil y la manipuló.
El Partido Socialista Popular (comunista), por ser hija de Mella, también quiso usarla en mítines estudiantiles, a lo que ella se opuso.
En 1951, Natasha contrajo matrimonio con Antonio Cosme José del Carmen de la Torriente Morales, hijo y nieto de grandes terratenientes cubanos, con quien tuvo una hija llamada Ileana. Su residencia estaba en el Reparto Biltmore. Mantuvo muy buenas relaciones conyugales. Él la complacía en todo en esa etapa de su vida, al extremo que tenía un auto para salir de paseo y otro para comprar. Aun así, no le gustó que la calificaran de “burguesa”.
Después que intervinieron las propiedades de su esposo durante la Reforma Agraria, en 1959, en su domicilio hubo reuniones conspirativas contra el régimen, en las que participó Aurelio Boza Masvidal, Monseñor de la Iglesia Católica.
El 20 de febrero de 1961, Natasha, junto a su cónyuge y su hija, se fueron a vivir en Miami.
Los testimonios de Natasha Mella recogidos en el libro de Adys Cupull y Froilán González son contradictorios. Expresó admiración por su progenitor, y consideró que tenía el derecho de pensar libremente, pero aclaró que ella no compartía sus mismos ideales.
Uno de sus entrevistadores señaló: “No acepta las ideas del capitalismo, pero tampoco al socialismo… Su pensamiento no pertenece ni a uno ni a otro sistema”. Y más adelante, aseveró que “ella no es proimperialista, pero tampoco está de acuerdo con el marxismo” y dijo: “Yo soy solo Natasha”.
Natasha Mella hizo rectificaciones al primer libro editado, Hasta que llegue el tiempo, señalando que salió de Cuba por no estar de acuerdo con la subordinación a la Unión Soviética, pues era “equivalente a otra clase de imperialismo”.
Olivia Zaldívar murió en Miami el 11 de diciembre de 1982 como consecuencia de un edema pulmonar, y Natasha Mella el 11 de febrero de 2014.
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