MADRID, España.- Enrique Díaz Quesada, considerado precursor del cine cubano, murió en La Habana el 13 de mayo de 1923 a sus 40 años de edad.
Siendo un adolescente estuvo vinculado al primer cortometraje cubano, El brujo desaparecido, realizado en 1898 por el empresario y actor José E. Casasús.
En 1905, con solo 20 años, Díaz Quesada fundó junto a Francisco Rodríguez “The Moving Pictures Company”, para realizar proyecciones cinematográficas en los capitalinos teatros Martí y Albisu. En estos espacios presentaba “Cuba al día”, considerado el antecedente de los noticiarios en la Isla.
Con la ayuda de su hermano el fotógrafo Juan José Díaz Quesada organizó en una azotea el primer estudio cinematográfico del país.
En esos primeros años de la llegada del cine silente a Cuba, una gran cantidad de audiovisuales se debieron a él. Entre sus producciones se encuentran Un duelo a orillas del Almendares (1907), La manigua o la mujer cubana (1915) y Arroyito (1922). Del total de sus 17 realizaciones solo se conserva el cortometraje documental El Parque de Palatino. El resto fue devorado por un incendio en 1923. El cortometraje documental Parque de Palatino lo había rodado en 1906 con el patrocinio de la empresa propietaria del centro de atracciones.
Apodado el padre del cine cubano, no solo dirigía y producía, sino que además se encargaba, cámara en mano, de la fotografía de sus películas. De él también surgió el primer serial cubano, en diez capítulos, titulado El genio del mal (1920).
Enrique Díaz Quesada dirigió el primer largometraje nacional, titulado Manuel García o El rey de los campos de Cuba (1913), con el apoyo de la productora Santos y Artigas.
Su muerte fue una gran pérdida para el naciente cine cubano; con su fallecimiento Santos y Artigas abandonó la producción cinematográfica.
