MADRID, España.- Estados Unidos ha aprobado una asignación de 25.000 dólares destinada a la restauración de la finca “La Vigía”, antigua residencia del escritor norteamericano Ernest Hemingway, en Cuba.
Según informó la Fundación Finca Vigía en un comunicado citado por la agencia EFE, el financiamiento también se dirigirá a la creación de un centro de restauración, así como al cuidado y rescate de una vasta colección que abarca “miles de documentos, manuscritos, cartas y fotografías, junto con una biblioteca que alberga un impresionante volumen de 9.000 ejemplares”.
El encargado de negocios de la embajada estadounidense en la Isla, Benjamin Ziff, resaltó que la aprobación de este fondo por parte del Gobierno de Estados Unidos subraya el valor histórico y cultural que la casa de Hemingway representa tanto para Washington como para La Habana. Ziff expresó en el comunicado: “Apoyar a la Finca Vigía representa nuestro compromiso en preservar la incalculable historia y el patrimonio cultural compartido que vincula a EE. UU. con Cuba”.
Por su parte Frank Phillips, copresidente de la Fundación Finca Vigía, subrayó la importancia del financiamiento al describirlo como el primer “apoyo financiero del Gobierno de EE. UU.” y lo calificó como “increíblemente significativo”.
Finca “La Vigía”
La finca “La Vigía”, propiedad de 15 acres y una granja que fue adquirida por el escritor en 1940, tras un período de arrendamiento previo, se encuentra ubicada a unos 15 kilómetros de La Habana. Hemingway habría pagado por ella alrededor de 12.500 dólares.
“La Vigía” fue inicialmente un puesto de vigilancia del ejército español, hasta que en 1887 fue comprada por el arquitecto catalán Miguel Pascual.
La propiedad cuenta, entre otros espacios, con biblioteca, estudio, cuarto de trabajo, bungalow, torre y piscina. En esta última ─señalan─ Hemingway nadaba media milla siempre que terminaba de trabajar.
Actualmente es un museo que conserva la mayoría de los bienes usados por Hemingway. Cabe señalar que, aunque en su testamento Hemingway dejó la casa y sus manuscritos a su cuarta esposa, Mary Welsh, ella solo pudo llevarse algunos objetos de valor y escritos.
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