En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, mientras el mundo celebra la valentía de los periodistas independientes y su lucha por la verdad, en Cuba se perpetúa una realidad sombría: la represión del régimen castrista contra aquellos que se atreven a alzar sus voces fuera del discurso oficialista.
El Gobierno cubano, en un intento desesperado por silenciar la verdad, continúa su implacable persecución contra periodistas y medios de comunicación independientes como CubaNet. Nos acusan de ser mercenarios, de estar al servicio del “imperialismo”, de traicionar a “la revolución”. Pero ¿es incorrecto buscar la verdad y dar voz a quienes no la tienen? Más allá de acusaciones absurdas y gastadas, esa es nuestra misión.
El caso reciente del periodista independiente y colaborador de CubaNet, José Luis Tan Estrada, es un ejemplo flagrante de la brutalidad del régimen contra la libertad de prensa. Durante su detención en Villa Marista —el cuartel general de la Seguridad del Estado—, Tan Estrada fue sometido a un bombardeo de desinformación y difamación por parte de las autoridades.
Los esbirros castristas intentaron desacreditar a CubaNet, tildándolo de medio mercenario pagado por el imperialismo. Pero lo cierto es que este es un medio comprometido con la ética periodística y la búsqueda incansable de la verdad, sin ataduras políticas ni económicas. Nuestra única lealtad es hacia el pueblo cubano y su derecho a estar informado.
Las acusaciones de que los periodistas independientes son traidores que abandonaron la profesión en la que fueron formados por la revolución son igualmente falsas y despreciables. Ser periodista independiente en Cuba es un acto de valentía y compromiso con la verdad, no de traición. Son los verdaderos defensores de la libre expresión, arriesgando sus vidas cada día para exponer la realidad oculta bajo el manto de la propaganda oficial.
La afirmación de que CubaNet tiene la intención de dañar la imagen de la “revolución” es otra mentira descarada del régimen. Lo que buscamos es dar voz a aquellos que son silenciados, exponer las injusticias y los abusos de poder, y promover un debate abierto y honesto sobre el futuro de Cuba. No tenemos ninguna agenda política más allá de la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión.
El régimen teme a la verdad, porque sabe que su poder se basa en la mentira y la opresión. Por eso recurre a tácticas de intimidación y represión para silenciar a aquellos que se atreven a desafiar su narrativa oficial. Pero no nos callarán. Seguiremos informando, denunciando y luchando por una Cuba libre y democrática.
En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que se solidarice con los periodistas independientes y los defensores de la libertad de expresión en Cuba. No podemos permitir que la dictadura continúe violando los derechos fundamentales de su pueblo en nombre de una supuesta revolución. Ha llegado el momento de que el mundo diga basta y exija un cambio real en Cuba. La libertad de prensa es un derecho humano inalienable, y no descansaremos hasta que cada periodista en la Isla pueda ejercer su profesión sin miedo a represalias.
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