LA HABANA, Cuba.- Hace pocos días, andando por la barriada de Pueblo Nuevo, en El Cerro, pasé por el fondo de Sabatés, una de las dos grandes industrias productoras de jabón y detergente con que contaba el país, y lo que vi da ganas de llorar: la fábrica, que hace muchísimo tiempo que nada produce, está en completo abandono.
Sabatés, que inicialmente produjo jabones y velas, fue creada en 1860 por dos hermanos españoles, Juan y José Sabatés, en Matadero Nº 1, cerca de un sitio donde se sacrificaban reses. En 1885 un incendio de grandes proporciones destruyó la fábrica, por lo que hubo que establecerla, mayor, modernizada y más al fondo, pero con su entrada principal por el número 75 de la calle Universidad.
Durante muchos años, la familia Sabatés mantuvo la primacía en jabonería.
Los primeros jabones amarillos se llamaron Universal, Calabaza, Caramelo y Veta Azul. Los blancos eran Coco y Sabatés, que luego cambiaron a Oso y La Llave. Es posible que este último nombre provenga de la barriada donde está enclavada la industria, por aquello de “El Cerro tiene la llave”, por ser El Cerro donde se halla el principal y más antiguo acueducto de la capital, que abastece de agua aún a una buena parte de sus pobladores.
Treinta empleados trabajaban en Sabatés de lunes a sábado, desde las 5:00 am hasta las 8:00 pm, con recesos a las 10:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde para almuerzo y comida. Una campana, que aún se conserva, marcaba el inicio y el final de la jornada laboral.
Debido a la gran depresión económica de los años 30, y también a la competencia de la empresa Crusellas, perteneciente al monopolio Colgate Peet Palmolive, los dueños de Sabatés, el 5 de mayo de 1937, vendieron la firma al consorcio norteamericano “Procter & Gamble”, que empezó también a producir pasta dental.
Esta fábrica fue la primera en América Latina que montó una línea para detergentes en polvo y operó con dos nombres, Sabatés Industrial S.A. y Productos Detergentes S.A. desde la década de 1950.
Las principales producciones de Sabatés en esta etapa fueron el detergente en polvo ACE, cuya identificación era su caja de cartón roja, en contraste con la azul de su rival, FAB, de Crusellas (posiblemente esos colores fueran una referencia a los colores de los dos principales equipos de pelota de entonces, Habana y Almendares).
Sabatés disponía de una enorme campaña publicitaria en la prensa, la radio y la televisión. Patrocinaba telenovelas y programas en los horarios más estelares, en los que por medio de concursos muy variados, llegaron a premiar hasta con casas totalmente amuebladas.
Uno de esos programas fue “Aquí todos ACE de todo”, trasmitido por el canal 6 de CMQ TV semanalmente. Conducido por el inigualable presentador Germán Pinelli, tenía una sección principal muy gustada por el público, “El Palo Ensebado”, donde un concursante, para ganar el premio, debía trepar por un tubo liso y ensebado y bajar una banderita con el logo del detergente, que estaba colocada en lo alto del tubo.
Artículos muy anunciados eran el jabón de lavar blanco Oso, el jabón de baño Elsa, y el desodorante Yodora, que anunciaba la actriz Yolanda Pujols. Su hermana Carmen divulgaba la otra marca de detergente, Lavasol y el jabón Camay.
Otra marca de jabón de baño muy popular de Sabatés era el Suave, presentado por una actriz muy bella, la ya fallecida Dinorah del Real, quien llegó a ser Estrella del Carnaval Habanero.
Anunciada por Alicia Fernán, otra marca de detergente que distribuía Sabatés era Tide.
Aún recuerdo el característico olor que había en los contornos de Sabatés, que colindaba con la Escuela Normal para maestros. Mi escuela primaria estaba muy cerca de allí, y en el parque aledaño jugué de pequeño muchas veces.
Los muy bajos precios de todos los productos de Sabatés los hacían asequibles a la mayoría de la población. Basta citar de ejemplo que el paquete pequeño de detergente costaba cinco centavos y los jabones diez.
Después de que el estado intervino Sabatés, pasó al control de Suchel y luego, a Suchel-Debón. Actualmente toda la producción la realiza la compañía Unilever, en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, y en su mayoría se comercializa en Moneda Libremente Convertible (MLC), por lo que está fuera del alcance de muchos cubanos.
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