MADRID, España.- Ubicada en la calle Línea Nº 505, entre D y E, en el corazón de El Vedado, La Habana, la Casona de Línea ha sido un punto de referencia histórico y cultural por décadas. Esta majestuosa estructura fue construida entre 1892 y 1901 por la prominente familia Blanco Herrera, propietaria también de la cervecería Cristal.
Con dos plantas, habitaciones espaciosas, escalera de madera y una gran reja en la entrada, fue en sus inicios una residencia privada que reflejaba la elegancia y la opulencia de la burguesía habanera de aquel entonces.
Convertida en un café teatro por la actriz Raquel Revuelta en la década de 1950, la Casona se convirtió en un epicentro cultural, siendo el hogar del grupo Teatro Estudio y el escenario de estrenos de obras significativas para la escena cubana.
La Casona, sede de la Sala Teatro Adolfo Llauradó desde el año 2003, ha presenciado una rica historia teatral, albergando espectáculos, reuniones, y eventos que han marcado hitos en el panorama artístico de la Isla.
Durante años fue el espacio de la Peña de Los Domingos, cuyo anfitrión era el actor Renecito de la Cruz y pasaron por allí reconocidos músicos como William Vivanco, David Torrens, Raúl Paz, entre muchos otros.
Sin embargo, en los últimos años La Casona ha caído en el deterioro y el abandono, como tantas edificaciones en Cuba.
En 2022, la dramaturga Esther Suárez Durán advirtió desde sus redes sociales su preocupación por el estado de La Casona y en especial de la sala Adolfo Llauradó, y se refirió a las filtraciones y al comején en el techo “a punto de caer”.
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