José Lezama Lima: “Carta a Jorge Mañach”

Tomado de ‘La Gaceta de Cuba’, n. 3, mayo-junio, 1994, p. 17.

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José Lezama Lima, junto a Raúl Milián, Ángel Gaztelu y René Portocarrero. Mayo 1962

Me place contestar[1] su carta en la que hace referencia a las cartas cruzadas entre nuestro poeta Julián del Casal —devoción de todos los poetas que creen que la poesía merece un esfuerzo [ininteligible]— y sus contemporáneos. Esas cartas estuvieron en mi poder, es decir, las copias que yo hice de las mismas, mientras se mantuvo el proyecto ya definitivamente frustrado, de publicar el epistolario de Casal. Tan pronto se frustró. En aquellos momentos, el Sr. Marshall Nunn se dirigió a mí en solicitud de dichas cartas, le manifesté que tan pronto se publicara el epistolario me gustaría enviarle uno de los primeros ejemplares. El celo de este profesor por Julián del Casal, bien merecía una especial atención, ya que durante muchos años sus finezas y simpatías por nuestro poeta se habían rodeado de silencio. (Ese silencio nuestro, tan pérfido y rocoso.)

Hoy, las pruebas de aquel epistolario frustrado, las copias y los originales, se encuentran en poder de Doña Carmela Casal, viuda de Peláez (Estrada Palma, entre Juan Bruno Zayas y Consejal Veigas)[.]

Yo me decido a indicarle, que Ud. debe dirigirse a ella, expresándole sus deseos. Se trata de una dignísima viejecilla criolla, menuda, sutil y siempre con las buenas intenciones y servicios [.] Me complazco en saludarlo


Notas:

[1] Apuntes, más que el borrador de la carta, en el reverso de la misiva de Mañach de 16 de abril de 1942 en la que se interesa por el destino del epistolario de Casal. En FLLBN. En carta a Juan Ramón Jiménez, de enero de 1940, dice JLL: “Pronto pienso enviarle el epistolario de Julián del Casal, que estoy preparando. Cartas de Rubén Darío, traviesas e inquietas, a Julián del Casal. Es un epistolario enteramente inédito, valiosísimo. Momento feliz: Rubén Darío le dedica «El clavicordio de la abuela», a Julián del Casal. El lector agudo, un tanto irónico, sentirá al leer esas cartas, la delicada sensación táctil de repasar una colección de estampas”.


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