José Lezama Lima: “Carta a Eloísa Lezama Lima”

Tomado de ‘La Gaceta de Cuba’, n. 3, mayo-junio, 1994, p. 18.

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José Lezama Lima, junto a Raúl Milián, Ángel Gaztelu y René Portocarrero. Mayo 1962

Queridísima Eloy:[1]

Te escribo a galope para remitirte con urgencia los recados para Gregory Rabassa y su natural prisa por completar su trabajo de traducción. Parece que trabaja con una lentitud conveniente a la dificultad del texto. Ya me ha remitido cuatro capítulos para mi valoración. Me los envía por conducto de Cortázar, desde París. Causa la impresión de que trabaja con gusto y una preciosa decisión.

¿Contestaste a la editorial alemana que se interesaba por Paradiso? ¿Ya han dicho de su aceptación para la publicación?

Ya la obra está a punto de salir en inglés, francés e italiano. Sus traductores, Rabassa, Didier Coste y Cicognani, tienen consideración como excelentes traductores. La traducción al alemán me interesa fundamentalmente, aunque no pretendo caer en la ridícula categoría de los que se hacen redondear [?| bandas alrededor de sus libros, donde se hace constar: traducido a 17 idiomas. Es la cuantía que en nuestra época quiere irse por encima de lo esencial.

Hablar de todas esas cosas me da pena. Me parece como una pérdida de la inocencia primordial, aunque perdida siempre se añora. Pero Eloy es muy buena y solía disculparme de la mejor manera. Yo me atrevería a decir que hay una vanidad infantil que forma también parte de la inocencia del infante.

En Buenos Aires, editorial La Flor acaba de publicar Tratados en La Habana. La edición es bastante buena. Esa es la misma editorial que ha hecho tres ediciones de Paradiso. Son tan piratas que ni siquiera me han mandado un ejemplar para que vea las ediciones. Yo las tengo por amigos míos que me las han traído de Buenos Aires y de Madrid.

Carlitos le dijo a M.[2] que Rosita ha estado pasando una temporadita contigo. Eso me gusta mucho, pues sé que las dos juntas se sienten felices y para Rosita eso forma parte de su curación definitiva.

Ya Lorenzo está en Chicago. Ahora se quiere divorciar de Blanquita, que ha sido su esposa buena, con la que tiene una hijita de seis años, muy simpática y nerviosa como su padre. Confusión, caos, enredillos por todas parles.

Este invierno entre nosotros ha sido particularmente fuerte. Se presenta ese frío cuando no se espera y arrasa a todo el mundo con moquillo y estornudos. Por aquí la gripe ha sido muy destructora, inclusive se dice que ha habido muchos muertos. La esposa de Samuel Feijóo, que tenía 31 años, falleció de esa gripe. Era una muchacha muy delicada, hacía unos dibujos con mucha gracia. Deja una hija de seis años, Adita, un primor de niña. Que Dios la ayude en su desenvolvimiento pues la pérdida de una madre a su edad es algo terrible.

Saludos para Orlando. Besos para Orlandito y para mis dos hermanas un árbol de navidad.

J.L.L.


Nota:

[1] Borrador en un cuaderno de apuntes en FLLBN.

[2] María Luisa Bautista de Lezama.


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