LA HABANA, Cuba. – Los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador han llegado a su final. La representación de México obtuvo el primer lugar en el medallero con 145 títulos de oro, mientras que Colombia, con la mejor actuación de su historia, se agenció la segunda posición con un total de 87 medallas de oro. Cuba clasificó en la tercera posición con 74 medallas de oro.
Tal como se había previsto en los análisis pre-competencia, colombianos y cubanos disputaron una porfía por la segunda posición, que al final se inclinó a favor de la nación suramericana. Los colombianos fueron muy efectivos en el levantamiento de pesas, el patinaje ―casi arrasaron en estas dos disciplinas―, el ciclismo y varios eventos del atletismo.
La representación de Cuba se mantuvo en el rango de medallas de oro que las autoridades del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) habían previsto (70- 80 títulos), y al final se agenciaron 74 pergaminos de oro.
Al final de los Juegos los directivos del INDER emitieron una declaración en la que plantean que la Isla había cumplido con el objetivo planificado. Sin embargo, semejante afirmación no puede ocultar el hecho de que ahora en San Salvador, Cuba acaba de escenificar su peor actuación en estos Juegos en los últimos 53 años. Por primera vez, desde Panamá 1970, Cuba no ocupa uno de los dos primeros lugares en el medallero.
Y si analizamos el historial de las últimas ediciones de estos Juegos Centroamericanos, vemos que el desempeño de Cuba ha experimentado una caída en picada.
En 1998, en Maracaibo, Cuba consiguió 191 medallas de oro. En Cartagena 2006, las medallas de oro cubanas fueron 138. En Veracruz 2014, los atletas cubanos llegaron a 123 títulos de oro. Y ya en Barranquilla 2018, la cosecha cubana de medallas de oro solo llegó a los 102 títulos. Hay que recordar que Cuba no participó en las versiones de San Salvador 2002 y Mayagüez 2010. En ambos casos el castrismo esgrimió “la falta de seguridad para los deportistas cubanos en esas sedes”.
Con independencia de algunas individualidades destacadas, como la nadadora Elisbet Gámez, y la clavadista Anisley García, en esta ocasión a la delegación cubana le fallaron algunos deportes de los que mucho esperaban las autoridades del INDER. Entre ellos el boxeo ―que siempre había sido calificado como “el buque insignia del deporte cubano”―, una vez más el béisbol, el polo acuático, el hockey sobre césped, el softbol y el voleibol.
Siempre se ha hablado del éxodo de atletas como una de las causas del desplome del deporte cubano. Pero, además de lo anterior, es importante considerar el éxodo de entrenadores que ha sufrido el deporte en la Isla. En la justa de San Salvador trascendió que 107 entrenadores cubanos habían asesorado a atletas de otras nacionalidades presentes en el evento.
Destaca el caso del saltador extra clase Iván Pedroso. Nunca ha entrenado a saltadores de la Isla. Siempre lo ha hecho con deportistas extranjeros como la espectacular venezolana Yulimar Rojas.
Terminados los Juegos Centroamericanos, la atención de los jerarcas del deporte cubano se centra en los Panamericanos de Santiago de Chile en el mes de noviembre. En la última cita panamericana, en Lima 2019, Cuba ocupó la quinta posición, por detrás de Estados Unidos, Brasil, México y Canadá. En esos juegos Colombia ancló en la séptima posición, solo cinco medallas de oro por debajo de Cuba.
Si nos atenemos a lo acontecido ahora en San Salvador, no es de extrañar que en Santiago los colombianos den un salto sobre Cuba y hundan más a los representantes de la Isla en la tabla de medallas.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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