MIAMI, Estados Unidos. — El Observatorio de Género de la revista Alas Tensas (OGAT) y la plataforma YoSíTeCreo en Cuba (YSTCC) informaron que, hasta este martes, habían verificado 12 intentos de feminicidio en el país. Según el corte difundido por ambas iniciativas, las víctimas son nueve mujeres cisgénero, una mujer trans y dos niñas.
Los hechos ocurrieron en municipios de La Habana (sin precisar), Güines (Mayabeque), Matanzas y Cárdenas (Matanzas), Remedios (Villa Clara), Ciego de Ávila, Camagüey, Guisa (Granma), Santiago de Cuba y Holguín. Además, investigan un caso en Guantánamo y otro en Villa Clara.
Las organizaciones definieron que “son intentos de feminicidio cuando la o las personas victimarias realizan agresiones directas contra la o las víctimas por el hecho de ser mujeres, pero no logra su cometido de quitarles la vida”.
El reporte se publica pocos días después de que los mismos observatorios confirmaran dos nuevos feminicidios —ocurridos en La Habana y Granma— y actualizaran a 35 las víctimas mortales por violencia machista en 2025.
A principios de julio pasado, el Observatorio de Cuba sobre Igualdad de Género (OCIG, estatal) reportó que los procesos judiciales concluidos en 2024 daban cuenta de un total de 76 mujeres cubanas de 15 años o más asesinadas por razones de género. (No se trata estrictamente de las víctimas de feminicidios ocurridos en 2024 en la Isla, sino solo de las involucradas en procesos judiciales concluidos ese año y recogidos por el Subsistema de Información Estadística Complementaria del Tribunal Supremo Popular).
Aunque el informe oficial del OCIG evitó emplear el término “feminicidio”, la estadística corresponde, según sus definiciones, a casos de violencia de género extrema que derivaron en homicidios intencionales. De los 76 asesinatos judicializados, 55 fueron perpetrados por la pareja o expareja de la víctima, y 21 por otras personas conocidas.
Desde 2019, el OGAT y YSTCC han verificado al menos 300 feminicidios en Cuba, a pesar de operar en un entorno hostil caracterizado por la criminalización del activismo feminista, el acceso restringido a fuentes institucionales y la inexistencia de una tipificación legal del feminicidio en la legislación cubana.
Mientras las autoridades utilizan expresiones como “asesinato por razones de género” o “violencia de género extrema”, los colectivos independientes insisten en la necesidad de nombrar el problema como feminicidio y exigen la creación de protocolos públicos de registro y una ley integral contra la violencia de género.
El Estado cubano no publica de forma sistemática estadísticas anuales con metodología detallada ni ofrece datos desagregados con enfoque interseccional accesibles a la ciudadanía. Esta opacidad institucional sigue siendo un obstáculo para dimensionar la verdadera magnitud del fenómeno.