MIAMI, Estados Unidos. — La prisión provincial de Guantánamo, también conocida como El Combinado, fue escenario de dos muertes de reclusos comunes durante el pasado mes de enero, aseguró a este diario el preso político Yordis García Fournier.
El pasado 29 de enero García Fournier hizo llegar a este diario una comunicación donde informaba sobre la muerte de los dos presos, quienes fallecieron a mediados de mes en un lapso de apenas 72 horas.
La primera víctima fue Onorio Lora Díaz, de 42 años y vecino del poblado de Tiguabo, en el municipio de El Salvador, quien en la madrugada del 12 de enero se quitó la vida ahorcándose con una sábana en el destacamento 4-B, utilizado para la cuarentena epidemiológica.
Antes de ser recluido por asesinar a su esposa, Lora Díaz, que ya había intentado quitarse la vida en otra ocasión, estuvo ingresado en el hospital psiquiátrico por espacio de un mes.
Según la versión de la fuente, la prisión incumplió el protocolo establecido que indica que, en estos casos, los reos con instintos suicidas se deben mantener bajo vigilancia extrema.
El otro fallecido fue Primitivo López Romero, de 65 años, quien trabajaba en la cocina del centro penitenciario. El recluso cumplía una sanción de 20 años de privación de libertad. Murió el 15 en el puesto médico de la propia prisión.
La información añade que López Romero padecía de presión arterial, asma bronquial, de la circulación y que había sido diagnosticado con COVID-19 el pasado año. El mismo estuvo varios días con dolor en el pecho y en la enfermería solo le decían que no había medicamentos para tratarlo.
“El teniente coronel Juan Manuel Fernández Peña, alias Habanita, segundo jefe de cárceles y prisiones, dijo que López Romero fue el culpable de su propia muerte porque no mando a buscar a su casa el medicamento”, refirió Yordis García Fournier.
El preso político advirtió que la escasez de medicamentos está afectando a los internos con patologías crónicas. Asimismo, indicó que los medicamentos que los familiares les llevan a los reos “deben pasar por el puesto médico y ser autorizados por su jefe”, un proceso que demora al menos dos días.
Varios reclusos reincidentes consultados por García Fournier aseguraron que las muertes por suicidios e infartos cardiacos son frecuentes en ese centro penitenciario.
Con las dos víctimas registradas en enero ya suman cuatro los reclusos fallecidos en esa prisión desde el pasado mes de agosto.
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