LA HABANA, Cuba. – “Temo que mi papá se muera en la prisión y después me digan que falleció de COVID, aunque sea mentira”, denuncia Evelin González Soler, hija del activista y miembro de la Alianza Democrática Oriental Eldris González Pozo, quien se encuentra cumpliendo una sanción de tres años y 10 meses de privación de libertad en la prisión de mediana seguridad La Caoba, en Santiago de Cuba.
La adolescente de 15 años de edad está alarmada por la situación de su padre en el centro penitenciario, ya que no tiene los medicamentos necesarios para tratar la enfermedad reumatológica que padece y, además, “ha debutado con una hipertensión”, apunta.
“La salud de mi padre en estos momentos es preocupante por la carencia de medicamentos que hay en la cárcel. Necesita el metotrexato para tratar la espondilitis anquilosante que padece, así como diclofenaco vitaminado para los dolores”, dice.
Eldris González padece una enfermedad reumática que afecta huesos, articulaciones y principalmente la columna vertebral. Debido a esto, ya tiene una prótesis de cadera izquierda y debe ser intervenido quirúrgicamente para colocarle otra en la cadera derecha.
“En la prisión no le pueden garantizar medicamentos ni para la presión. A mi papá su enfermedad le limita agacharse y correr; y los dolores propios de su padecimiento les son insoportables. Tengo miedo que se muera allí de tanto dolor”.
El opositor santiaguero, detenido desde el 16 de junio, se desempeñaba como cuentapropista con licencia de “vendedor de útiles del hogar”. Antes de que fuera sentenciado a prisión por los supuestos delitos de atentado, desacato y desobediencia, la Seguridad del Estado le había cerrado su negocio para “asfixiarlo económicamente”, denunció en ese momento.
Evelyn González también lamenta que está recibiendo presiones para declarar en contra de su padre.
“Una de las oficiales a cargo del caso dice que mi papá es culpable, pero sé que no es así porque el día que sucedieron los supuestos hechos por los que lo acusan yo estaba ahí. Mi papá no empujó a nadie, cerró la compuerta de su negocio y los policías eran los que le decían a la inspectora que dijera esto o aquello”.
Eldris González Pozo fue acusado por una inspectora estatal, quien alegó que el opositor la había empujado mientras supervisaba su puesto de ventas, y que, además, se había negado a entregar documentos de identificación a agentes de la Policía.
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