Altos precios y baja calidad: quejas en Santiago por venta de productos de aseo

Altos precios y baja calidad: quejas en Santiago por venta de productos de aseo

“Yo no entiendo cómo en una ‘Revolución con los humildes y para los humildes’ no puede ―al menos― rebajar los precios cuando hay una pandemia en el país”

Santiago de Cuba, Aseo
Módulo de productos de aseo vendido en Santiago de Cuba (Foto de la autora)

SANTIAGO, Cuba. – Este fin de semana comenzó la venta de los módulos de productos normados en Songo La Maya, Santiago de Cuba. Y aunque la medida fue anunciada a finales del mes pasado, muchos pobladores aún se quejan de los altos precios y la mala calidad de los artículos.

Desde el sábado en la tarde, algunas bodegas de la localidad iniciaron la venta regulada mediante la libreta de abastecimiento de jabones a precio liberado (sin subsidios).

Los jabones de tocador y de lavar cuestan cinco y seis pesos en moneda nacional respectivamente, y la cantidad que le corresponde a cada núcleo varía en dependencia del número de personas censadas en cada uno.

La noticia de la venta generó un sabor agridulce en muchos consumidores, que se debaten entre los altos precios de los productos y la gran necesidad de adquirirlos, en tiempos donde preservar la higiene personal resulta indispensable para mantener la salud.

Por otra parte, desde el anuncio de la medida, los jabones de lavar y de baño de las marcas Nácar y Aromas de Lis fueron retirados de todos los establecimientos de ventas minoristas del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) donde se comercializaban.

“Yo tuve que pedir el dinero prestado, y lo hice porque no tengo para comprarlos en la shopping”, reveló una entrevistada a CubaNet.

La opción de comprar en las tiendas recaudadoras de divisa casi siempre es la última valorada por los cubanos que no reciben remesas del extranjero, pues las ofertas en esos establecimientos son más caras. No obstante, ahora no existe mucha diferencia en los precios de los productos en un lado y el otro.

Los productos de aseo normados (incluidos pasta dental, lejía y detergente líquido) se han repartido en siete módulos y solo beneficiarán el 33 % de la población este mes de abril.

Por ejemplo, a un núcleo de 11 personas y más ―hay más de 13 000 en el país― le corresponden 12 jabones de tocador y cinco de lavar, que equivalen a 90 pesos. Además, tres pomos de detergente a 25 pesos cada uno e igual cantidad de tubos de crema dental a ocho pesos la unidad, para un total de 189 pesos.

O sea, si una mujer soltera estuviera a cargo de sus padres ancianos y de siete menores de edad, tendría que disponer de 189 pesos solo para comprar el aseo personal de un mes; o de lo contrario, prescindir de ello. Que se sepa, la distribución de estos productos no prevé subsidios para casos especiales.

En Songo La Maya, un municipio con un alto déficit habitacional, abundan los hogares integrados por más de cinco personas. Ibernalis Poulot es jefa de un núcleo de nueve consumidores, incluidos tres menores de edad, tres estudiantes y dos que no poseen vínculo laboral.

“Yo no entiendo cómo en una ‘Revolución con los humildes y para los humildes, que no deja a nadie desamparado’, no puede ―al menos― rebajar los precios cuando hay una pandemia en el país”, se quejó Ibernalis.

Más allá de sus precios, considerados demasiado altos por la mayoría de la población, los artículos de aseo mencionados son de pésima calidad. Los jabones son blandos y poco duraderos, el detergente y la crema dental suelen estar “muy aguados” y, por ende, se consumen en poco tiempo.

Sin embargo, la preocupación de los songo-mayenses no es solo por los módulos de aseo. De hecho, es menor si se compara con la ansiedad que generan los combos de productos alimenticios que deben llegar a fin de este mes.

De acuerdo con usuarios que ya compraron algunos de estos módulos de alimentos en la ciudad de Santiago de Cuba, los precios de las ofertas oscilan entre los 200 y 300 pesos en moneda nacional.

Asimismo, el Gobierno ha vendido irrisorias “jabas de comida” a los trabajadores. Algunas han estado compuestas por una libra de chícharos, una de arroz, una de mortadella y cinco huevos a precio liberado, en un país donde el salario promedio ronda los 1 000 pesos (40 dólares).

Los cubanos que pueden costear tales alimentos, se ven obligados a pagar precios excesivos en medio del avance de la COVID-19 en la Isla, justo cuando miles de trabajadores han sido apartados de sus trabajos por ser vulnerables ante el virus y deben sobrevivir con solo el 60 % de sus ingresos mensuales.

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