Hasta 25 mil pesos por una pipa: Santiago arde mientras el agua se vende como oro
En redes sociales, se ofertan pipas a precios desorbitados, mientras miles de personas sobreviven con lo mínimo.
En redes sociales, se ofertan pipas a precios desorbitados, mientras miles de personas sobreviven con lo mínimo.
“Ya no podemos comer carne los pobres de este país”, escribió un cubano.
Los miembros del Partido son, penalmente hablando, autores directos y no cómplices de la crisis humana en el país.
La otrora primera productora de refrescos gaseosos en Cuba busca alternativas para no cerrar.
La avería se produjo este martes en la planta de producción 2 que suministra el servicio de gas a la Red Playa – Marianao.
Admitir que en Cuba hay pobreza y reproducción de la pobreza por una economía estatista es reconocer que una nueva clase -la clase dirigente- se convirtió en la nueva explotadora del proletariado.
La prensa oficialista cuestiona que Arthis S.A, empresa mixta con capital italiano, solo venda sus íntimas en páginas con pagos desde el exterior.
Carecemos hasta de azúcar y en este contexto económico e histórico resulta lapidaria aquella frase de nuestros padres y abuelos: “Sin azúcar, no hay país”.
Los castrocomunistas y sus políticas contraproducentes han instaurado en la Gran Antilla la escasez y las necesidades.
La señora, que llegó famélica a una cafetería, pidiendo comida, estuvo tendida en el suelo durante dos horas y la ambulancia nunca llegó.
En redes sociales, se ofertan pipas a precios desorbitados, mientras miles de personas sobreviven con lo mínimo.
“Ya no podemos comer carne los pobres de este país”, escribió un cubano.
Los miembros del Partido son, penalmente hablando, autores directos y no cómplices de la crisis humana en el país.
La otrora primera productora de refrescos gaseosos en Cuba busca alternativas para no cerrar.
La avería se produjo este martes en la planta de producción 2 que suministra el servicio de gas a la Red Playa – Marianao.
Admitir que en Cuba hay pobreza y reproducción de la pobreza por una economía estatista es reconocer que una nueva clase -la clase dirigente- se convirtió en la nueva explotadora del proletariado.
La prensa oficialista cuestiona que Arthis S.A, empresa mixta con capital italiano, solo venda sus íntimas en páginas con pagos desde el exterior.
Carecemos hasta de azúcar y en este contexto económico e histórico resulta lapidaria aquella frase de nuestros padres y abuelos: “Sin azúcar, no hay país”.
Los castrocomunistas y sus políticas contraproducentes han instaurado en la Gran Antilla la escasez y las necesidades.
La señora, que llegó famélica a una cafetería, pidiendo comida, estuvo tendida en el suelo durante dos horas y la ambulancia nunca llegó.