LA HABANA, Cuba. – Hasta 5.000 pesos mensuales (unos 14 dólares al cambio actual) podría ganar como “estipendio” aquel que acepte convertirse en informante de la policía política, que en medio de la crisis del “tarifazo” parece haberse inventado un apresurado plan de reclutamiento de “oficiales operativos” entre los universitarios, según testimonios ofrecidos a este periodista por varios estudiantes de las facultades de Comunicación, Artes y Letras, Matemática y Computación, de la Universidad de La Habana; y del Instituto Superior de Arte.
“Están a la cara”, dijo uno de ellos, refiriéndose a los agentes que han amenazado y acosado a estudiantes incluso en sus casas, en las residencias universitarias y hasta en las aulas, donde algunos profesores se han ofrecido para hacer el trabajo sucio de la “captación” entre aquellos más fáciles de “convencer”, sobre todo los menos aventajados académicamente, que esta vez pudieran pasar de año, graduarse con honores y hasta obtener la especialidad soñada, por obra y gracia de su lengua y no de su cerebro.
Además de los 5.000 pesos, de acuerdo con las mismas fuentes, también pudieran recibir, como “gratuidad” de ETECSA, un generoso paquete especial de datos y voz para que realicen su labor de chivatos, es decir, una “línea petrolera”, de esas que el régimen carga al presupuesto del Estado por una cuestión de “seguridad nacional” y que, por tanto, no son afectadas ni por tarifazos ni dolarizaciones, ni siquiera por los “apagones de internet” que siempre acompañan las “órdenes de combate”.
En fin, que hay dinero y datos para ofrecer, hay más “líneas petroleras” en camino para “regalar”, pero el tarifazo se mantiene tal cual, bajo la justificación de su necesidad, de la inminente ruina de un negocio que ya sabemos quiénes son los que lo arruinaron, y no por falta de dólares sino por el exceso de estos, que jamás se revierten en mejoras sino, como vemos, en peor servicio y mayor restricción del acceso a la información.
Si los estudiantes no se mantienen firmes en sus reclamos —y todo indica que la resistencia se debilita— no solo el tarifazo se mantendrá tal cual sino que, además, se convertirá en el experimento que, más adelante, le permitirá al régimen desplegar otras medidas similares en cuestiones como la electricidad, el gas licuado, el transporte público y todo cuanto sea susceptible de dolarizarse pero, sobre todo, de fragmentarse en dos realidades: una, para quienes tengan los dólares suficientes para escapar o vivir en ella; y otra, para quienes no tienen más remedio que “resistir” en una moneda nacional que apesta a fracaso.
Aunque juren y perjuren que la dolarización no afectará otros servicios básicos, de sus engaños anteriores podemos adivinar lo que tienen en mente, una vez que se aseguren de que las protestas no pasarán a mayores, así como que las universidades e institutos están debidamente penetrados por la policía política, en tanto ya han quedado identificados como el mayor y más temible “reservorio” de fuerza opositora, puesto que en buena medida esta se desgaja de sus propias filas, que hoy exhibe más fisuras y grietas que el peor de los edificios en peligro de derrumbe en Centro Habana.
Por eso, porque se disponen a “avanzar en lo planificado”, han convocado al próximo pleno del Partido Comunista.
Cuando hablan de examinar el “programa de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía” no están hablando de otra cosa que de evaluar cuán controlada marcha la “dolarización parcial” hacia la “dolarización total”, que es lo mismo que medir a cuánto asciende su capacidad de extracción de dólares de los bolsillos del ciudadano, una vez que se ha iniciado la cuenta regresiva, y habiendo visto las bardas de sus amigos iraníes arder, así como hace poco ardieron en Siria. De modo que se disponen a acelerar su propio “plan de evacuación”.
En las últimas apariciones públicas, el rostro de Miguel Díaz-Canel lo dice todo. No puede ocultar esa derrota definitiva que tanto le preocupa y ese destino trágico al que se enfrenta, siendo consciente del regalo envenenado que le han hecho al designarlo “presidente” de un país que en realidad no gobierna, y que jamás convertirá ni en próspero ni en sostenible porque nunca fue la idea.
Las alianzas externas del castrismo son cada vez más vulnerables, y lo de Irán es como para no conciliar el sueño jamás. Por otra parte, el escenario interno es una pesadilla, tanto por la impopularidad apabullante como por desparpajo y la avaricia que exhibe la cúpula militar que mantiene secuestrada la economía y que extiende sus brazos de pulpo hasta lo más profundo de Miami (con las empresas de envíos a Cuba, sobre todo), pasando por las instituciones de gobierno, como recién ha quedado expuesto en un reciente reportaje de CubaNet sobre los negocios de una nieta de Raúl Castro, quizás en un esquema similar al que emplean otros miembros de la familia en sus “emprendimientos”.
El tarifazo de ETECSA, aunque intenta justificarse en la crisis de una empresa, en realidad es un pulso político con la sociedad para medir, una vez más, nuestra capacidad de aguante, y así en breve, posterior al pleno del PCC, desplegar el próximo nivel de juego, esta vez con un contrario mucho más controlado, más temeroso, más predecible (por los chivatos reclutados, y por ToDus, que a final de cuenta son lo mismo). Y es, el tarifazo, otro motor de extracción encendido de una máquina construida no para producir, no para facilitarnos la vida, sino para chuparnos la sangre hasta la última gota, para que “vampiros” mucho más sanguinarios aunque igual de ridículos como el Sandro se diviertan bien desconectados de esta realidad espantosa de apagones, hambre, ruinas por doquier y represión política.