MADRID, España.- Un grupo de 174 migrantes venezolanos fue repatriado este miércoles desde Estados Unidos, informó el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV) durante una transmisión desde el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, ubicado en las inmediaciones de Caracas.
El grupo de deportados, 145 son hombres y 29 mujeres, arribó a Venezuela a bordo de un Airbus 340-200 operado por la aerolínea estatal Conviasa, que hizo escala en Honduras antes de llegar al país.
A su llegada, los migrantes fueron recibidos por el ministro de Servicios Penitenciarios, Julio García, junto a funcionarios policiales y militares. No obstante, ninguna autoridad ha ofrecido declaraciones públicas sobre el procedimiento ni sobre el estado en que se encuentran los retornados.
El medio estatal indicó que los recién llegados serán sometidos a un proceso de revisión por parte de diferentes organismos del Estado, sin especificar cuáles ni detallar en qué consistirá dicho procedimiento.
Este vuelo forma parte de un creciente número de deportaciones que se han intensificado desde el inicio del segundo mandato del presidente estadounidense Donald Trump, el pasado 20 de enero. Según VTV, además de los deportados directamente a Venezuela, la cifra total, que asciende a 2.731 personas, también contempla a quienes han sido devueltos vía Honduras o han regresado voluntariamente desde México.
Esta semana el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, propuso al régimen de Nicolás Maduro la repatriación de 252 venezolanos detenidos en El Salvador, a cambio de la liberación de un número equivalente de presos políticos en Venezuela. La propuesta fue rechazada por el Gobierno venezolano.
Tras la negativa, Bukele cuestionó públicamente la sinceridad de Maduro, recordando que este había prometido hacer “todo lo necesario” para lograr la liberación de sus compatriotas. “¿Entonces estaba mintiendo?”, escribió el mandatario salvadoreño, quien calificó la postura del líder venezolano como un “espectáculo mediático”. Además, criticó que Maduro recibiera a familiares de los detenidos en el Palacio de Miraflores, sugiriendo que se trató de un acto propagandístico sin verdadera voluntad de diálogo.
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