MADRID, España.- La escritora cubana Laideliz Herrera Laza anunció su salida de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), decisión que atribuyó a la falta de apoyo de la institución frente al hostigamiento contra intelectuales independientes.
“Presenté mi renuncia […] por dignidad y por principios […] la UNEAC sigue callada […] algunas veces arremeten públicamente contra los que disienten”, explicó en declaraciones a Martí Noticias.
Uno de los motivos que precipitó su decisión fue el caso de su esposo, el narrador y humorista Jorge Fernández Era, golpeado en julio por la Policía en La Habana. Según relató Herrera Laza en una publicación en Facebook, cuando él pidió asesoría legal a la UNEAC, la respuesta fueron evasivas. Fernández Era había abandonado la organización en 2024, acusándola de ser “una fuerza paramilitar al servicio de los dictadores”.
La autora denunció que, lejos de cumplir con sus propios estatutos —que hablan de libertad de expresión, debate y creación—, la institución se ha convertido en un instrumento de censura. “Han transmitido cartas colectivas que intentan asesinar la reputación de los que nos sentimos con el derecho a expresarnos”, dijo.
La UNEAC “está comprometida con una política de Estado que censura constantemente lo que no le conviene, que impone silencio, que escucha solo a los que por mantener sus posiciones y beneficios les dicen lo que quieren oír, que persigue a los intelectuales que denuncian a través de sus obras, las redes sociales y los medios independientes, ya que no hay posibilidad de hacerlo de otro modo, la crisis moral, social y económica que padecemos”, se lee en la publicación.
En su testimonio a Martí Noticias, Herrera Laza criticó también el silencio cómplice de muchos de sus colegas: “La mayoría de la gente calla. Callan por miedo, callan por mantener sus puestos, callan por sus beneficios […] yo no puedo estar en una institución que se supone que sea para representarme y no lo haga”.
La UNEAC, creada en 1961 por Nicolás Guillén, ha sido históricamente cuestionada por su subordinación a la política cultural oficial y por marginar a escritores y artistas que expresan opiniones contrarias al régimen.