LA HABANA, Cuba.- Dos artículos sobre los 10 mejores intérpretes de la música cubana aparecieron en CubaNet recientemente. Uno relacionado con la inteligencia artificial, y el otro de mi colega Luis Cino, quien refutó la afirmación del productor Roberto Ferrante de que Bebeshito es el más grande intérprete cubano de todos los tiempos.
La afirmación de Ferrante es una exageración: la popularidad es una cosa y la calidad otra. Con respeto a ambos trabajos aparecidos sobre el asunto, quiero expresar mi punto de vista, aunque no sea musicólogo.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la cifra de grandes figuras del pentagrama cubano excede la cantidad y los nombres señalados. Trataré de enumerar una lista de algunos que merecen incluirse dentro de un gran grupo.
Comenzaré por el siglo XIX, al señalar al violinista Brindis de Salas, al pianista Ignacio Cervantes y al matancero Miguel Faílde, creador del danzón, un género que aún cuenta con muchos bailadores y está considerado hoy patrimonio nacional. Entre sus representantes están el pianista Antonio María Romeu y los cantantes Barbarito Diez y Paulina Álvarez, la emperatriz del danzonete, una variante del danzón.
También en el siglo XIX, Santiago de Cuba dio un género que ha dado la vuelta al mundo: el bolero, creado por Pepe Sánchez. Señalar a todos los cantantes que han incursionado en bolero haría la relación muy extensa. Algunos de ellos son: Panchito Riset, Vicentico Valdés, Orlando Contreras, Orlando Vallejo, Bienvenido Granda, Celio González, Lino Borges, Fernando Álvarez y Fernando Albuerne,
Y no podrían faltar los intérpretes de la trova tradicional: Sindo Garay, Manuel Corona, Alberto Villalón, Rosendo Ruiz, María Teresa Vera, Eusebio Delfín y Eliseo Grenet.
En la región oriental fructificó el son. Entre sus principales cultivadores están Ignacio Piñeiro, el inigualable Miguel Matamoros (con su trío completado por Ciro y Cueto) y Carlos Embale.
A partir de la primera mitad del siglo XX hubo cantantes como Rita Montaner, Rosita Fornés, Esther Borja, Marta Pérez, Lucy Provedo, Gladys Puig, Alba Marina, Xiomara Alfaro, María de los Ángeles Santana e Iris Burguet, todas muy versátiles y con estilo propio.
En épocas más recientes tenemos a Elena Burke, Omara Portuondo y Moraima Secada, que integraron el cuarteto de Aida Diestro.
Citemos además a José Antonio Méndez, creador del movimiento del filin, César Portillo de la Luz, Ela Calvo, Marta Valdés y Ela O Farrill.
En las agrupaciones musicales con diferentes formatos está tal vez la representación mayor de personalidades del mundo musical cubano. Están, además de Formell y Chucho Valdés, señalados por Cino, entre otros: el creador del cha cha cha, Enrique Jorrín, quien con su orquesta América, transformó con su ritmo la música cubana; la Aragón, cuya sonoridad resulta inconfundible; el trompetista Chapotin, que tuvo como cantante en su conjunto a Miguelito Cuní; Arcaño y sus Maravillas, Fajardo y sus Estrellas, la orquesta Sensación con Abelardo Barroso, la orquesta de mujeres Anacaona, la orquesta Riverside con Tito Gómez, Pacho Alonso, Elio Revé (creador del Changüí), Cándido Fabré, la Original de Manzanillo, Adalberto Álvarez y José Luis Cortés (el Tosco).
Recordemos también a las Hermanas Lago, Meme Solís, Los Zafiros, Pello El Afrokan, Los Papines, Celina y Reutilio, Ramón Veloz y Coralia Fernández, el dúo de Olga y Tony.
Entre los grandes directores de orquesta y compositores sinfónicos están: Amadeo Roldán, Gonzalo Roig, Odilio Urfé, Hubert de Blanck, Alejandro García Caturla, Manuel Duchesne Cuzán, Enrique González Mantici, Leo Brouwer, Osvaldo Farrés, Harold Gramatges, Adolfo Guzmán y Félix Guerrero por citar algunos.
Ninguna relación de grandes de la música cubana estaría completa sin los nombres de Ignacio Villa (Bola de Nieve), Frank Domínguez, Frank Fernández, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval, Felipe Dulzaides, Pedro Luis Ferrer, Claudio Brindis de Salas, Alfredo Brito, Luis Carbonell, Isolina Carrillo, Luis Casas Romero y Pedro Junco.
Es bueno recordar que fuera de nuestro suelo han triunfado otros músicos y cantantes. Solo mencionaré a importantes figuras como Antonio Machín, Miguelito Valdés (Mr Babalú), Chano Pozo, Willy Chirino y Maggie Carlés.
Aquel que desee mayor información remítase al Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba del desaparecido investigador Radamés Giro, los trabajos sobre discografía cubana de José Reyes Fortún, o a los numerosos catálogos musicales de antes y después de 1959.
Mi inventario de nombres no pretende ser exhaustivo. Por supuesto que incluyo a los ya citados por Luis Cino con el cual coincido. Solo quiero apuntar que un inventario de nombres de artistas famosos cubanos no puede circunscribirse a 10, pues son muchísimos más.