HOLGUÍN, Cuba. – “Desde el domingo no había pollo en ninguna parte, ni en el mercado Los Chinos, ni en ninguna mipyme”, dice Luisa Mendoza, una holguinera que ha sufrido el gradual déficit de una de las fuentes de proteína de mayor consumo en Cuba.
Los lugareños enfrentan no solo el déficit de carne de pollo, sino también el incremento galopante de su precio.
“Estamos esperando el pollo desde esta mañana, pero no acaba de llegar”, dice Daniel Méndez, quien, junto a una decena de personas, lleva cinco horas en cola frente a una mipyme.
Entre enero y agosto de 2024, Estados Unidos vendió a Cuba 168.894,2 toneladas de carne de pollo, según informó el economista Pedro Monreal en su perfil de X basándose en datos del Departamento de Agricultura de EE.UU.
“Las cifras en valor y toneladas son menores que las de igual periodo de 2023”, agregó Monreal.
Hasta hace poco, la oferta de la carne de pollo superaba la demanda y su precio era de 310 pesos la libra, pero su repentina escasez la ha convertido en un lujo. “La semana pasada yo lo compré a 400 pesos la libra”, refiere Mauro Navarro.
La tendencia al alza es corroborada por Rafaela Paredes: “Yo vi el paquete de 10 libras a 4.200. ¡Cómo ha subido el precio del pollo!”, exclama.
La indetenible especulación ha provocado que el producto de calidad inferior alcance cifras exorbitantes. “La semana pasada estuve en el mercado Los Chinos y el paquete de pollo de 10 libras que antes costaba 3.128 pesos ahora lo estaban vendiendo en 5.000. Y no era de muslo con contramuslo; era de muslo”, comenta Bruno César Molina.
Una inesperada carestía del pollo en los mercados de la ciudad de Holguín ha llevado a la población a especular sobre las causas de una escasez mayor que la acostumbrada. “Los dueños de las mipymes lo tienen guardado como una estrategia de mercado para después venderlo más caro”, opina el holguinero Ladislao Contreras.
Otros piensan que la causa de la escasez de pollo se debe al deterioro de gran cantidad de mercancía por los apagones prolongados de septiembre y octubre. “Después de cuatro días de apagones en algunas mipymes se echó a perder el pollo por falta de congelación y por eso ahora escasea”, apunta Emiliano Acosta.
Tras visitar más de 20 mipymes en un extenso recorrido por la ciudad, CubaNet comprobó que solo una tenía pollo a la venta. Para lograr equidad, el responsable del lugar racionó la venta a razón de dos paquetes de 10 libras por persona y así impidió que un solo cliente monopolizara el producto. “Una sola persona quería todo el pollo y pagaba en efectivo, pero para que todo el mundo alcanzara, le dije que no y decidí vender dos paquetes por persona. A mí me conviene vender todo el pollo a un cliente y paso menos trabajo, pero yo quiero ayudar a todo el mundo”, dijo el vendedor que se identificó como Lázaro.
Por otro lado, en vez de bajar los precios a los productos de lento movimiento como hacen los comercios del mundo por estas fechas en el llamado “viernes negro”, los dueños de mipymes en Holguín aprovechan la necesidad por la escasez y convoyan la comercialización del pollo con mercancías que no han logrado vender durante todo el año. “El paquete de pollo de 10 libras costaba 3.125 pesos, pero ahora tuve que pagarlo a 3.800 porque lo venden con un paquete de galletas”, lamenta Ángel Ponce.

Otra arista de la crisis tiene un matiz político que alimenta el pesimismo. Muchos consideran que cuando Donald Trump asuma la presidencia de EE.UU. el 20 de enero se endurecerán las medidas económicas contra el régimen cubano y, por ende, se reducirá la venta de pollo a Cuba. “Cuando Trump coja el mando será peor porque no dejará que sigan mandando pollo de Estados Unidos para Cuba”, dice Saúl Gallardo.
Valorando la escasez de productos cárnicos en general, la intención de Alan Nieves, otro holguinero, es comprar la mayor cantidad de pollo para los días festivos que se avecinan. “Si no lo compras ahora y lo guardas, no vas a comer ni para la Navidad ni para fin de año”, dice.
Sin embargo, la mayoría de los holguineros no dispone de medios de refrigeración para conservar los cárnicos durante los prolongados apagones y, aunque quisieran comprar grandes cantidades, rehúsan hacerlo por temor a que la carne se eche a perder. “Estamos en una situación difícil, porque, por un lado, a medida que nos acerquemos al fin de año escasean más los cárnicos y suben los precios, que serán inalcanzables para la mayoría del pueblo; y, por el otro lado, no hay garantía de que se pueda conservar la carne desde noviembre hasta el 25 y 31 de diciembre?”, dice Tomás Valdés.
Ante esta disyuntiva, los que no pueden conservar los cárnicos deciden compartir la compra. “La caja de 33 libras de pollo la vamos a comprar entre tres personas. Yo quisiera comprar una caja para mi casa pero no puedo porque tengo miedo de perderla por un apagón”, dice Jesús Vargas.