AREQUIPA, Perú.- La vitrola era apenas un fonógrafo eléctrico integrado en una estructura con forma de mueble y provisto de caja de resonancia, pero en la práctica, significó mucho para los cubanos y su amor por la música. Hasta 1959, las vitrolas eran parte integral del paisaje de la Isla.
Se encontraban en bares, cafés, prostíbulos y bodegas. Según el musicógrafo Cristóbal Díaz Ayala, estas máquinas eran el medio más efectivo para reflejar las preferencias musicales del público, ya que la gente decidía qué música quería escuchar y votaba con su dinero.
Los vitrolas también determinaban qué cantantes tenían más éxito. No importaba necesariamente si cantaban bien o mal; lo que importaba era si tenían popularidad. Cantantes como Orlando Contreras, Ñico Membiela, José Tejedor y Blanca Rosa Gil se volvieron famosos gracias a estas máquinas.
La Víctor fue la empresa que introdujo y popularizó las vitrolas en Cuba. Estos dispositivos se extendieron rápidamente por los comercios y para la década de 1940, desempeñaban un papel importante en la difusión y comercialización de la música popular. Ya en 1954 había alrededor de 10.000 vitrolas en la Isla, y en 1959, el doble de esa cantidad, aunque los operadores afirmaban que solo había 8.000 para evadir impuestos.
Sin embargo, fue en 1959 con el triunfo de la revolución castrista que muchas cosas cambiaron. Los parquímetros y las máquinas tragamonedas fueron destruidos y los casinos y otros lugares de juego fueron cerrados y luego reabiertos con regulaciones estrictas. Las vitrolas, que estaban vinculadas a menudo con los garitos y máquinas tragamonedas, también se vieron afectadas. Se prohibieron en bodegas y establecimientos abiertos, lo que llevó a protestas y controversias en la sociedad cubana.
A pesar de estas medidas, la alegría de las noches habaneras continuó, pero las icónicas vitrolas de los años 50, como Seeburg y Wurlitzer, estaban condenadas a desaparecer. Hoy en día, algunas vitrolas modernas se encuentran en centros de recreación, pero las antiguas son reliquias de un pasado nostálgico, algunas de las cuales todavía funcionan, mientras que otras han sido preservadas en museos como testimonio de una época pasada.
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