Ciudad de México, México.- Aya, que en árabe significa “señal de Dios”, nació bajo los escombros del edificio de cinco plantas donde vivía su familia y que sepultó a su madre, sus hermanos y su papá.
Contra todo pronóstico la niña nació sana, sin daños en la columna y sobrevivió unas 10 horas luego de que un sismo de magnitud 7.8 destruyera la vida de más de 20 mil personas en el norte de Siria y el sureste de Turquía.
Los rescatistas descubrieron a la niña en la tarde del lunes, cuando cavaban buscando sobrevivientes. La bebé yacía junto al cuerpo de su mamá, Afraa Abu Hadiya, conectadas mediante el cordón umbilical.
De inmediato la trasladaron hasta el hospital de un pueblo cercano ,Afrin, donde fue atendida por un equipo médico.
“Le pusimos Aya, de forma que pudiéramos dejar de decirle bebé recién nacida”, dijo Hani Maarouf del Hospital Cihan en Afrin. “Su estado de salud está mejorando a diario y no sufrió daños en la columna vertebral, algo que se temía en un principio”, aseveró.
Como la familia inmediata de la bebé murió, su tío abuelo, Salah al-Badran, ha decidido adoptarla; pero él y su familia perdieron la casa donde vivían por el terremoto.
Detalla el periódico El Financiero que él y su familia consiguieron escapar de la construcción de una planta, pero ahora están viviendo con 11 familiares en una casa de campaña. En cuanto la bebé sea dada de alta, irá con ellos.
Los huérfanos que dejó el terremoto
Son incontables hasta ahora los niños y adolescentes huérfanos que ha dejado el sismo. Pero solo cerca de la ciudad siria de Azaz, una organización no gubernamental, ha establecido un orfanato improvisado que ahora alberga a unos 40 niños.
A los medios también ha trascendido la historia de Jana, una niña de 7 años que fue encontrada 30 horas después del sismo, bajo los escombros de su casa en Harem, una ciudad siria cerca de Turquía. La niña fue llevada al hospital de inmediato y goza de buena salud; pero solo preguntaba por su familia. Su madre, padre y tres hermanos han muerto.
La agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, ha asegurado que monitorea los casos de niños cuyos padres están desaparecidos o han muerto. Están proporcionando “alimentos, ropa y medicinas y coordinándose con los hospitales para rastrear a los miembros de la familia extensa que pudieran cuidarlos”, explica El Financiero.
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