MÉRIDA, México – La Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) reconoció los abusos sexuales en sus instalaciones tras los testimonios de cuatro víctimas difundidos la pasada semana por el medio independiente El Estornudo.
En un comunicado calificado por feministas independientes como “tardío y revictimizador”, la escuela reconoció que “las declaraciones publicadas nos afligen profundamente, como ocurrió cuando tuvimos conocimiento de algunos de los casos”.
“Los testimonios nos llenan de dolor y motivan nuevamente una discusión necesaria en nuestra comunidad. Estamos aprendiendo a enfrentar estas situaciones”, agregaron, sin mencionar al medio independiente que publicó los testimonios.
Asimismo, aseguraron haber implementado un Protocolo de Convivencia de Paz que se aprobó en 2022, pero que, según asegura El Estornudo, no llegó a manos de los estudiantes “hasta el día siguiente a la publicación de los testimonios”.
Las reacciones y críticas suscitadas por el comunicado provocaron que la institución limitara la opción de comentarios en Instagram
“Una nota tardía y revictimizante. ¿Dónde está la justicia y la reparación para las sobrevivientes? Sabemos que hay más en silencio y aún en su sistema. ¿Quién vela por ellas? La violencia sexual no prescribe, así que aún tienen la posibilidad de quitar apoyo a violentos sexuales vinculados con su escuela”, reaccionó al comunicado la feminista cubana Marta María Ramírez.
“¿Les parece una utopía, un lugar donde se ejerce violencia de género, y violencia psicológica por parte de algunos profesores y mismos alumxs?”, se preguntó, por su parte, la cineasta Vania Quevedo, egresada del centro.
El pasado sábado, poco después de la publicación del comunicado, el gobierno cubano lanzó su estrategia de limpieza de imagen de la EICTV.
En un hecho calificado por algunos de “surrealista”, el presidente del ICAIC, Alexis Triana, junto a la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle Boué, entregaron la Distinción 8 de marzo a la EICTV y a su directora general, Susana Molina, señalada particularmente en los testimonios.
La respuesta oficial, algo poco común en estos casos, estuvo motivada por la amplia repercusión que encontraron los testimonios de las cuatro víctimas, quienes describieron un ambiente de acoso e impunidad en el centro.
Las cuatro egresadas, provenientes de cuatro países diferentes y quienes declararon en condición de anonimato, denunciaron diversas formas de abuso y violencia sexual por parte de compañeros y empleados del centro, así como la existencia de un ambiente “tóxico” donde primó la impunidad antes estos hechos.
Además, en el relato del más sonado de estos casos sale a la luz el encubrimiento y la ausencia de un protocolo antiviolencia por parte de la escuela.
En este caso, la víctima, de nacionalidad española llegó a la escuela para cursar un taller, donde fue violada por el compositor, sonidista y guitarrista panameño Ayrton Paul.
Tras su denuncia, siguió un proceso de encubrimiento, revictimización y ausencia de protocolos por parte de la escuela.
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