AREQUIPA, Perú – En lo que va de año se realizaron en Sancti Spíritus más de 43.000 acciones de control con inspectores, resultantes en cerca de 32.400 multas, que todavía no logran contener la crecida de precios de alimentos, productos y servicios en la provincia.
Un reporte del medio estatal Escambray da cuenta de la tentativa del régimen cubano por enfrentar a los precios especulativos y abusivos, así como las violaciones en ese ámbito con las que los espirituanos lidian a diario.
Según ha llegado a reconocer el rotativo castrista, la población ha manifestado su descontento hacia la disparidad de los precios en productos de un mismo tipo, “sin que se denote un seguimiento estable y exigente de los órganos de control”.
“Lo que pone en jaque a muchos de los comercializadores, aunque como algunos confiesan, cuando los inspectores vienen todos se avisan entre sí y desde que se van, la vida sigue igual”, señala el reporte.
En los comercios de la cabecera provincial los precios son exorbitantes. Por ejemplo, donde se vende la carne de cerdo, los costos que superan los 750 y 800 pesos la libra; el arroz ronda los 280 pesos la libra y el huevo (cuando se puede encontrar), no baja de los 90 pesos la unidad.
En el popular mercado Camino de La Habana, Evangelina Pérez, de 68 años de edad, intenta persuadir al vendedor para que le rebaje la calabaza. No tuvo éxito, refiere la anciana, pese a que la mercancía lleva días en la tarima y está a punto de echarse a perder.
Por su parte, Roberto Echemendía, un jubilado residente en la zona del Kilo-12, lamenta las desgracias con las que chocan cotidianamente los espirituanos.
“Cada mañana salgo con la jabita a tratar de encontrar alguna vianda barata para calzar la escasez de arroz y recorro todos los puestos sin que logre algún beneficio, ni siquiera bajan aquellas que están a punto de descomponerse, por eso me indigno cuando pregunto por el precio de la malanga, que en ocasiones supera hasta los 200 pesos la libra, y qué decir del boniato, cuando el otro día uno solo superaba los 500 pesos, yo no sé a dónde iremos a parar”, comenta el jubilado.
De acuerdo con datos oficiales que arrojan estudios en el territorio, más de un 65% de opiniones sobre el control de precios son desfavorables y resaltan, además, la falta de inspectores para enfrentarse a esta problemática, incluso, los señalamientos críticos a algunos de los que están en funciones por conductas inadecuadas en su labor.
La situación de Sancti Spíritus es un reflejo de la crisis generalizada que atraviesa el pueblo en la Isla. Los cubanos siguen enfrentando los desafíos de un sistema cada vez más dolarizado, en el que la moneda nacional pierde su capacidad de compra y el acceso a bienes esenciales depende del acceso a divisas extranjeras.
La política económica de dolarizar se ha evidenciado en los últimos meses con la apertura de más tiendas y servicios que operan exclusivamente en dólares como la venta de combustible y los nuevos planes de datos móviles; mientras que el MLC, que hasta hace poco era la principal moneda para acceder a productos básicos, se vuelve cada vez más inoperante.
La incertidumbre económica y la falta de acceso oficial a divisas extranjeras mantienen a la población cubana dependiendo del mercado informal para obtener los recursos necesarios para subsistir.