¿Ilegible y sublime?: “He intentado leer a Bloy, sus Diarios. Al principio resulta apasionante y después penoso. El automatismo de la injuria, del chantaje, de la pose sobrenatural (si es que puedo decirlo así) acaba cansando. Sin embargo, encontramos acentos únicos en él. Un mal humor único. Lo leí hace exactamente...