Los servicios necrológicos en Cuba son parte del capitalismo ciudadano que rige el funcionamiento de las prestaciones estatales: el sueldo de los empleados públicos debe salir del bolsillo de quien requiera el servicio.
En Cuba ya es parte de la norma que no garanticen ni el solemne entierro o condiciones mínimas de calidad para el ataúd
En medio del duelo, las personas deben acudir a baños sin agua, buscar cristales para tapar ataúdes y soportar el hedor que inunda el lugar.
Natalia González tuvo que ver toda una madrugada cómo el cuerpo de su esposo se descomponía a falta de un transporte para trasladarlo. Aún está a la espera de que le entreguen el cadáver.
Después de larga espera y gestiones, finalmente incinerarán al actor de Carlos Massola, como era su última voluntad.
Luego de una larga espera para sacar a Carlos Massola de su edificio, se sumó otro problema.
Llevan horas esperando a que los bomberos acudan y que aparezca un carro fúnebre.
Las causas de la escasez están relacionadas con la no disponibilidad de madera, tela o puntillas.
Tampoco funciona el incinerador de restos fósiles y los 64 cementerios de la provincia están en una situación crítica.
El “féretro parecía una hamaca, se movía al tocarlo, por lo que temíamos se desarmara”, lamentó la mujer en redes sociales
Los servicios necrológicos en Cuba son parte del capitalismo ciudadano que rige el funcionamiento de las prestaciones estatales: el sueldo de los empleados públicos debe salir del bolsillo de quien requiera el servicio.
En Cuba ya es parte de la norma que no garanticen ni el solemne entierro o condiciones mínimas de calidad para el ataúd
En medio del duelo, las personas deben acudir a baños sin agua, buscar cristales para tapar ataúdes y soportar el hedor que inunda el lugar.
Natalia González tuvo que ver toda una madrugada cómo el cuerpo de su esposo se descomponía a falta de un transporte para trasladarlo. Aún está a la espera de que le entreguen el cadáver.
Después de larga espera y gestiones, finalmente incinerarán al actor de Carlos Massola, como era su última voluntad.
Luego de una larga espera para sacar a Carlos Massola de su edificio, se sumó otro problema.
Llevan horas esperando a que los bomberos acudan y que aparezca un carro fúnebre.
Las causas de la escasez están relacionadas con la no disponibilidad de madera, tela o puntillas.
Tampoco funciona el incinerador de restos fósiles y los 64 cementerios de la provincia están en una situación crítica.
El “féretro parecía una hamaca, se movía al tocarlo, por lo que temíamos se desarmara”, lamentó la mujer en redes sociales
