
Castrismo apagado y totalitarismo encendido: La “revolución energética” de Fidel Castro
La verdadera “revolución energética” de Fidel Castro fue apagarse él y dejar encendida la dictadura totalitaria.
La verdadera “revolución energética” de Fidel Castro fue apagarse él y dejar encendida la dictadura totalitaria.
Casi una década después de la “Revolución Eenergética” de Fidel Castro, en Cuba estamos peor: con largos apagones y sin qué ni cómo cocinar.
Durante más de dos semanas el gas licuado no llegó a los puntos de venta del país, ni tampoco las autoridades dieron una explicación de lo que sucedía
El Programa de Ahorro Energético ha presentado “afectaciones por insuficiente financiamiento, lo que ha imposibilitado la adquisición de partes y piezas de repuesto”
Los cubanos pagamos y sufrimos por nuestros bolsillos vaciados, otra vez, a punta de pistola. Ese es el altísimo precio de nuestra ingenuidad, de nuestros olvidos y de nuestros silencios. En fin, de nuestros miedos.
Los cubanos no solo afrontan la escasez de alimentos sino también la falta de piezas para reparar sus equipos de cocción.
“Se trata de rescatar la experiencia de años atrás (…) a fin de solucionar aquellas necesidades de roturas de sus equipos electrodomésticos”
El ciclo sin fin de comprar electrodomésticos para los que luego no hay piezas de repuesto
Lejos de mejorar calidad de vida, aumentó nuestro nivel de pobreza
“Cazueleros, les habría llamado mi abuela”
La verdadera “revolución energética” de Fidel Castro fue apagarse él y dejar encendida la dictadura totalitaria.
Casi una década después de la “Revolución Eenergética” de Fidel Castro, en Cuba estamos peor: con largos apagones y sin qué ni cómo cocinar.
Durante más de dos semanas el gas licuado no llegó a los puntos de venta del país, ni tampoco las autoridades dieron una explicación de lo que sucedía
El Programa de Ahorro Energético ha presentado “afectaciones por insuficiente financiamiento, lo que ha imposibilitado la adquisición de partes y piezas de repuesto”
Los cubanos pagamos y sufrimos por nuestros bolsillos vaciados, otra vez, a punta de pistola. Ese es el altísimo precio de nuestra ingenuidad, de nuestros olvidos y de nuestros silencios. En fin, de nuestros miedos.
Los cubanos no solo afrontan la escasez de alimentos sino también la falta de piezas para reparar sus equipos de cocción.
“Se trata de rescatar la experiencia de años atrás (…) a fin de solucionar aquellas necesidades de roturas de sus equipos electrodomésticos”
El ciclo sin fin de comprar electrodomésticos para los que luego no hay piezas de repuesto
Lejos de mejorar calidad de vida, aumentó nuestro nivel de pobreza
“Cazueleros, les habría llamado mi abuela”