AREQUIPA, Perú – Como uno de los más reconocidos influencers cubanos, Randy Álvarez ha cosechado una legión de seguidores durante los últimos 10 años en Estados Unidos. Si bien a priori su nombre no es reconocible por muchas personas, el personaje de Pollito tropical que encarna en redes sociales es la verdadera celebridad.
Con más de un millón de suscriptores en Youtube, 2,3 millones de seguidores en Facebook y otros 3,1 millones en Instagram, Pollito Tropical abrió las puertas al equipo de CubaNet con la naturalidad y el carisma que lo caracterizan. En su casa de Miami conversamos sobre el trabajo en redes sociales, sus sueños, la situación en Cuba y futuros proyectos.
¿Por qué el nombre de Pollito Tropical?
Pollito Tropical vino de una amiga mía. De un día para otro empezó a llamarme Pollito y entonces todas las amistades que tenemos en común empezaron a llamarme a mí Pollito Tropical y se quedó así. Hasta el sol de hoy me quedé con ese nombre y la verdad que llama mucho la atención.
¿Y cómo llegó el Tropical? ¿Por qué llegó el Pollito Tropical?
Bueno, una mezcla de aquí y allá, imagínate.
Viniste a Estados Unidos siendo un niño…
Sí, con 9 añitos. Con la lotería de Visa.
¿Cuál fue la reacción de tu familia al ganar la lotería? ¿Y cómo fueron tus comienzos aquí en Estados Unidos?
La verdad de la reacción de mi familia no me acuerdo mucho. Mi mamá es de las personas que se queda las cosas calladas y no le gusta hablar o dejar saber a las personas sobre las cosas buenas que pasan. Mi mamá es muy reservada por esa parte. Yo cuando me enteré, siento que no fue algo que me llamara la atención. No fue algo novedoso porque yo estaba muy chiquito.
Pero sí me acuerdo mucho que cuando vine de Cuba para acá, que llegué a Miami, lo que más me sorprendió fueron las luces. Las luces en la calle. Los semáforos, los carros, los edificios. Y entonces venir de Cuba, que siempre ponía un comercial si mal no recuerdo que era como del ahorro. Estoy hablando de 2003. “Apaguen las luces”, decía. Aquí verlo todo prendido, pues me sorprendió mucho.
¿Y qué recuerdos conserva de la vida de Cuba desde venir?
Muy poco la verdad. Más que todo la escuela y los profesores. No me acuerdo de los alumnos, de mis compañeros de escuela. Algunos vecinos sí. No mucho la verdad.
¿Cuánto cambia la vida tener a miles de seguidores? ¿Cuánto te ha cambiado?
Cambia mucho porque no tienes privacidad. Cambia mucho porque tienes lo bueno y tienes lo malo de las personas que critican u opinan sobre tu vida. Cambia en el sentido de que todo te lo cuestionas para ver si lo que estás haciendo lo estás haciendo bien o si le va a gustar a la comunidad que te sigue.
Cambia en muchos aspectos. Incluso hasta para la forma de vestirte. ¿De qué forma te vas a vestir? ¿De qué forma puedes hablar? ¿De qué forma vas a hacer las cosas ahora en adelante? Porque ya tienes una comunidad que te mira. Unos te idolatran, otros te detestan, pero bueno, es una comunidad.
¿Qué es lo que más te afecta de las críticas?
Si supieras que hoy a mí no me afecta nada. A mí lo que me afecta es entrar al perfil de un colega y ver cómo la gente le dice horrores. Que igual me pasa a mí, pero ya no tanto como al principio.
Me hierve la sangre ver cómo una persona, “X” persona, se toma su tiempo, su preciado tiempo de su vida, que no es perfecta, para criticar a otra persona. Eso a mí me saca de quicio. Y me dan ganas de responder y todo, pero ¿para qué lo voy a hacer?
¿Respondías al principio?
Por supuesto. Por supuesto que yo respondía al principio. Y de la misma forma que tú me dejabas un comentario, así mismo yo te respondía. Y hasta el día de hoy todavía lo sigo haciendo. ¿Por qué vas a venir tú a mi casa a decirme tu humilde opinión insultándome? Estás equivocado. Y en ese momento, si tengo el moño virado, te voy a decir hasta del mal que te vas a morir, a la hora que lo vas a hacer y de lo que se va a morir tu familia. Así de sencillo.
¿Imaginaste alguna vez llegar a ser una persona famosa?
No, nunca pensé llegar hasta donde estoy. No es algo que yo ni lo pensé ni lo soñaba. Sí, uno cuando es chiquito puede pensar cualquier cosa, pero son cosas de niños. Nunca pensé llegar a tener una comunidad tan grande, ser reconocido en la calle por mucha gente linda y tener la vida que tengo. Que tengo una vida muy bonita gracias a las personas que me siguen y que me apoyan.

¿Has pensado alguna vez abandonar la creación de contenido y emprender otro rumbo? ¿Te ves haciendo otra cosa?
Por supuesto. Me veo siendo padre de familia, aunque ahora no. Lo tengo en plan, pero por ahora no porque no tengo la paciencia para un niño. Diría que para los 35 o 40 estaría siendo ya un padre de familia, retirado de las redes sociales con algún negocio. No sé, pero por ahora no. Apenas estoy en los 30.
¿Cómo te ves un día como padre después de trabajar, lavar, cocinar, etc?
Acostado, mirando “muñequitos” con él. Es que hasta el sol de hoy yo todavía los veo. Ayer mismo casualmente estuve viendo los muñequitos de una película que se llama Ultraman en Netflix. ¡Y es muñequito! Me gustan. Te cambio los muñequitos por cualquier película. Me relaja mucho.
Bueno, y en esos 30, ¿cómo es el típico día de un influencer? ¿Y cuáles son las partes que crees que la gente no se imagina?
Mira, el típico día de un influencer a veces no te puedo decir porque cada uno trabajamos diferente. Muchos de mis colegas me admiran por el trabajo que hago porque yo tengo un asistente, tengo un camarógrafo, todo lo grabo con cámara, no lo grabo con teléfono. Yo invierto en el contenido que yo saco.
Y entonces eso implica levantarme temprano, dormir hasta seis, siete de la mañana y entonces nada más que me levanto estoy pensando qué es lo que voy a hacer durante el día, escribiendo a mi asistente qué es lo que hay que hacer hoy. Y eso es constantemente todos los días. Ir a grabar contenido a los lugares, cosas con las que las personas se puedan identificar y que pueda hacerse ese videito viral.
Y eso es todos los días. Más llegar a tu casa; ser dueño de una propiedad; estar casado; tener que cocinar; lavar; fregar; limpiar. Entonces son dos cosas que imagínate tú. Hay que llevarlas. Para colmo los Estados Unidos tampoco nos ayuda porque aquí el día se te va tan rápido y cuando vienes a ver ya son las diez de la noche y tienes que acostarte a dormir porque al otro día tienes que hacer lo mismo.
Igual, no hay nada más rico que llegue el fin de semana y tú digas, me voy de vacaciones, aunque sea debajo de un puente, no importa, pero salgo de mi casa.
¿Qué crees que es lo mejor y lo peor de ser una persona conocida y seguida en las redes?
Siempre he dicho que lo peor es que no tienes privacidad. Y lo mejor es que en mi caso hay veces que uno se siente como con ese ánimo por el piso y no tiene ganas de hacer nada y te empiezas a cuestionar la vida entera hasta el por qué naciste. Y luego lees los comentarios positivos que te dejan, los que realmente te siguen, eso es lo más lindo que te puede pasar.
A mí literalmente me ha levantado de la cama. Me he tirado por dos y tres días en una cama. “No quiero levantarme, no quiero hacer nada”. Y leo los comentarios, me levanto de una y empiezo a hacer de nuevo mi vida. Y eso es lo más lindo.
Más allá del tema monetario, ¿cuáles son los criterios que utilizas para seleccionar o trabajar con un sponsor?
Tiene que ser algo consumible, tiene que ser algo que yo pruebe primero y ver si funciona. Si no funciona, pues no lo voy a promocionar. Hay veces que hago reseñas de cosas o productos que realmente no funcionan. Y lo digo. Lo digo (…) De alguna forma u otra puede influenciar la opinión mía o la opinión tuya también. Pero yo sobre todo tengo que consumir lo que voy a promocionar.
¿Y qué es lo que nunca harías en las redes en este aspecto?
Chico, es que hasta ahora no me ha tocado nada así. No sabría qué decirte. Lo único que me tocó una vez fue un producto que me mandaron. Yo lo probé, no me gustó y le dije a la persona muy educadamente que no lo iba a promocionar porque no me gustó el producto. En ese momento se formó un tú pa’ tú. Ya eso quedó en el pasado (…) Si no me siento bien trabajando para una persona yo trato de no aceptar el proyecto o lo que se quiera hacer en ese momento. Mi paz mental está por encima de cualquier cosa. Algunas veces el dinero no paga tu estabilidad mental.

Próximamente vas a lanzar una fragancia…
Mi primer bebé. Se llama Daymar. Es un perfume unisex. Me costó mucho trabajo escogerlo porque quería que fuera un perfume que lo pueda usar un hombre o una mujer para el día, la noche, de mediodía, por la madrugada. Y lo que más me gusta es que cuando se seca el perfume en la piel huele mucho mejor. Es súper rico. Es muy yo (se ríe).
La presentación es muy yo. Cuando abres el perfume, tiene la foto mía y entonces está la otra cajita que ahí es donde viene la magia. Acolchonadito en satín, el envase tiene dos tonos de negro: mate y glossy.
¿Cómo surge la idea del perfume?
Esta idea viene de un amigo mío que es el dueño de una perfumería. Trabajo con él hace muchísimos años. Un día me dice: “¿Por qué no lanzas un perfume? Porque a ti te gustan los perfumes”. Los colecciono y todo.
Le dije: “¿Sabes qué? Sí, lo puedo hacer, pero tengo miedo”. De un momento a otro, me convenció. Le dije: “¿Sabes qué? Vamos a hacerlo”. Si Dios quiere este perfume va a ser algo para largo porque es un perfume que le va a gustar a la persona que lo huela. Y es un perfume que va a ser para toda la vida.
¿Cuáles son tus hobbies? ¿Qué te gusta hacer cuando no estás haciendo contenido?
Cuando no estoy haciendo contenido, estoy acostado en el sofá mirando la pecera. Esos son mis hobbies. Me encantan mucho los peces. Soy piscis y tengo una conexión con el mar horrible. Yo digo que mi próxima casa, después de esta, tiene que tener el mar atrás. Por eso me compré esta junto al lago, para irme visualizando poco a poco.
En relación a tu contenido, más allá del humor y el entretenimiento también sobresale por llevar con frecuencia un mensaje de empoderamiento, amor propio, sobre todo a la mujer, que es una gran parte del público que te sigue. ¿Cómo seleccionas este contenido? ¿Cuáles son los mensajes que quieres llevar?
Siempre quiero llevar un mensaje positivo en cualquiera de los videos que yo lance (…) A mí me pasa algo y yo trato de hacerle un video, porque lo mismo que me está pasando a mí le puede pasar a cualquiera. Y por eso es que muchas mujeres se identifican, y no solamente mujeres, también los hombres, pero siempre me dirijo hacia las mujeres, porque la mujer es la persona que te puede consumir lo mismo a un hombre que un contenido de mujer. Te puede comprar para un hombre y para una mujer, pero el hombre no hace eso.
Aunque tengo una comunidad de hombres también grandecita, por alguna razón las mujeres son las que me llaman. Y siempre trato de darle un mensaje a la que me esté mirando en ese momento. No te podrá servir hoy el mensaje, pero mañana sí. Eso es lo que he hecho durante todos estos años y me ha ido muy bien.
¿Alguna vez has usado tus plataformas para pronunciarte sobre temas políticos?
Sí, sí lo he hecho. Algunas veces. Lo hice cuando el 11 de julio. Incluso aunque mi contenido no sea de política recibo muchos mensajes de las personas que están allá adentro en Cuba, hasta de mi familia que está allá.
Me mandan mensajes diciéndome que de vez en cuando, de cuando en vez, cuando tienen acceso, yo soy la única persona que le puede dar una sonrisa a ellos. Y eso es algo que me encanta recibir. Cada vez que tengo la oportunidad y lo veo que es necesario, yo sí me pronuncio en las redes sociales.
Respecto a Cuba, ¿cómo describirías los últimos años en la Isla y lo que está sucediendo allí?
De malas a peor, pero yo tengo esperanza que el día de mañana yo pueda ir a Cuba cuando yo quiera y voy a poder estar con mi familia. Lo que no se puede perder es la esperanza.
¿En alguna ocasión piensas en ese público que también tienes dentro de Cuba y en los cubanos en general?
Yo sí, constantemente. Tengo mucha gente que me escribe: “Estoy gastando mis megas mirándote”. Y yo digo: “¡No! ¡No hagas eso! Coge los megas para otra cosa, algo más productivo, no para verme a mí”. Porque sé que eso es caro allá. Sé que es caro y hay que sudarla para tener megas en el teléfono para consumir algún contenido y los videos consumen muchos megas. Tengo a mis suegros y tengo a mis tíos allá, así que lo que pueda vivir otro cubano, también lo vivo yo.
¿Tú estuviste en Cuba cuando el tornado?
Sí, yo fui a Cuba escondido. Yo me fui de aquí y yo le dije a mami: “Voy para Cuba. Voy con dos maletines llenos de cosas, no sé qué es lo que hay adentro, pero son para las personas que sufrieron del tornado allá. Estoy con tremendo miedo”.
Iba solo con unos grupos, pero íbamos aparte. Era la primera vez que iba sin mi familia y yo con tremendo miedo que me cogieran preso. Y me acuerdo que una de las casas que fui, no pudimos llegar porque la policía estaba fuera de esa casa esperando que llegara alguien. Tuvimos que dejar las cosas en otro lugar. ¡Lo que pasamos fue pa’ que!
Yo soy de los que piensan que está bien que detrás de una cámara tú puedas dar un mensaje, pero no doy el mensaje detrás de una cámara si no me gustaría hacerlo en persona. Y por eso me monté en un avión y fui para Cuba a hacer eso, en su momento. Sin mucho ruido, sin mucho nada. Fui, lo hice y salí.
¿Té o café?
Café, todos los días.
Ya intuimos la siguiente respuesta ¿Mar o montaña?
Mar.
¿La película que no te cansas de ver?
¡Ay! Mulán.
¿El creador de contenido que más admiras?
El que más miro y me inspiro mucho en él por su forma de hacer contenido es americano, James Charles.
¿Qué es lo que más valoras en una persona?
La honestidad.
Si pudieras quedarte con una red social, ¿cuál sería?
Instagram.
¿El perfume de Pollito Tropical o el de La Diosa?
Déjame decirte que el de La Diosa está rico. Yo lo olí. Está rico, pero obviamente me voy con el mío, porque el mío está más rico. Lo siento, Diosa (se ríe). El mío está rico. Está divino.
Como cubano, ¿qué mensaje mandarías a todos los que te ven desde la Isla?
Les diría que no perdamos la fe, que eso es lo único que no se puede perder. Sé que el día de mañana de alguna forma u otra vamos a ser libres.