LA HABANA, Cuba. – Raúl Castro, el hombre que siempre fue el dos del castrismo y que se atrevió a pronosticar “la eternidad de la Revolución Cubana”, ordenó el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en 1996, quiso cambiar espías por disidentes en 2008 y supervisó la redacción de los Lineamientos, los mismos que están poniendo punto final a su dictadura.
El 7 de julio de 2013, cuatro años antes de sustituir a su hermano como gobernante absoluto de la Isla, dijo en un discurso ante la Asamblea Nacional que Cuba era el único país del mundo en el que no se trabajaba y terminó pronosticando que esto podía “acabar con la Revolución”.
¿Qué dirá hoy el general, ya en su hogar de retiro, ante un pueblo inconforme, hambriento, estresado por tantas dificultades, que reclama sus derechos y que ha sido obligado a callar?
¿Ya se olvidó que también en 2013 sorprendió a muchos cuando aseguró: “Es preciso acostumbrarnos a decirnos las verdades de frente, mirándonos a los ojos, discrepar y discutir incluso lo que digan los jefes, cuando consideramos que nos asiste la razón”?
Fidel Castro lo dijo claramente el 30 de agosto de 2010, en entrevista con Jeffrey Goldberg y Julia Sweig, experta estadounidense en política internacional: “El modelo económico cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”.
Sweig, impresionada, aclaró que Fidel no estaba rechazando las ideas de la Revolución, sino que se trataba del “reconocimiento de un modelo cubano que tiene un papel demasiado grande en la vida económica del país”.
La analista interpretó además que Fidel buscaba “crear un espacio” para que su hermano pudiera poner en marcha “necesarias reformas, que seguramente encontrarán resistencia de los comunistas ortodoxos dentro del Partido y la burocracia”.
En efecto, en las primeras semanas de 2011, Raúl Castro aprobó una serie de medidas con vistas a darle cumplimiento a la llamada “actualización de la política económica cubana”: más facilidades para el trabajo por cuenta propia, autorización de las compras y ventas de autos y de casas, concesión de créditos a particulares y subsidios para la reparación de viviendas, arrendamiento de barberías estatales, creación de nuevos ministerios y muchas medidas más.
Pero, ¿estos cambios fueron una solución para Cuba, además de las regulaciones migratorias que suprimieron restricciones y eliminaron trámites, con el pretexto de fortalecer lazos entre el exilio y la Patria? ¿Acaso intentó Raúl Castro reconstruir una sociedad más justa, basada en el respeto a los derechos de todos?
¿Y por qué ahora Miguel Díaz-Canel y el resto de los secuaces de Castro II continúan de reunión en reunión para “resolver” la gran crisis financiera del comunismo cubano, o ganar tiempo, mientras crece la cadena de impagos y el modelo económico fracasado solo empeoran?
Fuente:
Entrevista de Jeffrey Golberg a Fidel Castro, publicada en la revista estadounidense The Atlantic, el 1ro de septiembre de 2010.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.
