LA HABANA, Cuba. — Cuando Julio César cruzaba con sus tropas victoriosas el Rubicón, iba un hombre de hinojos, escondido en su carroza, y mientras los romanos ovacionaban al emperador, el humillado le recordaba: “¡Júpiter es más poderoso!”
La apabullante salida del Team Asere del V Clásico Mundial de Béisbol —de hecho, un knock out técnico por 12 carreras de diferencia— debió requerir de los mandamases castristas un poco de discreción y humildad. Pero nada de eso. Al contrario. Y es que como Putin en Ucrania, el régimen castrista necesita una victoria, aunque no exista.
Sobre el juego de anoche, marginalmente se expresaba el diario Granma: “El Team Cuba, asere, la partió”. Juventud Rebelde decía: “Cuba firma su segunda mejor actuación histórica en Clásicos de béisbol”. Mientras, el semanario Trabajadores, mas modesto, indicaba: “Cuba, cuarta en el V Clásico”. Puro triunfalismo.
Las redes se llenaron de memes. Uno rezaba: “El Team Asere se convirtió en el team picadillo”, por aquello del picadillo de soya, un alimento muy desagradable y degradado que venden por la libreta de racionamiento.
Una victoria pírrica es aquella que se consigue con muchas pérdidas. El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con muchas pérdidas de hombres. Se dice que Pirro, ante el resultado de la batalla, dijo: “Con otra victoria como esta estoy perdido”.
Si, a pesar de todo, la actuación del Team Asere en el V Clásico fue una victoria, como asegura el régimen, fue una victoria pírrica.
Fue tal el batacazo sufrido por el Team Asere en la noche del domingo, que el lunes, en la mañana, cuando fue recibido en La Habana, el presidente designado, lleno de dolor, dijo a sus gladiadores: “No siempre se puede ganar y menos a un equipo tan poderoso como el de Estados Unidos”.
Hasta el clima se rebeló contra la pachanga gubernamental. Lluvias e inundaciones azotaron a la Habana esta madrugada cuando pensaban recibir en marcha triunfal a los machucados e infelices peloteros, que llevarán siempre el estigma de ser aseres-caleceros del régimen.
Y se pregunta Mario Piedra: ¿Cómo se llamará ahora el equipo cubano para los Panamericanos de Chile? ¿Team Ecobio? ¿Y para los Juegos Centroamericanos en el Salvador? ¿Team Monina? ¿Y para el torneo de Holanda? ¿Team Ambiaculiñanga?
La puerta abierta a la vulgaridad y la marginalidad por el presidente designado y la primera dama pidiendo a los babalawos echar agua y cascarilla en el terreno se advirtió que no daba para mucho. ¿Será que, a falta de huevo en Cuba, el barco de cascarilla enviado por los venezolanos no llegó a tiempo a Miami?
Las velas votivas donadas por Katmandú para los apagones en Cuba, ¿podrán ser utilizadas para aliviar del alma de los atribulados aseres?
De nada sirvió a los editores de video y sonido desde Cuba cerrar los planos a primerísimos para que los cubanos de la isla no vieran la fiesta que fue la protesta de los cubanos libres en el LoanDepot Park. Todos lo disfrutamos, hasta los que fueron convocados y llevados a la fuerza a las sesenta y cuatro pantallas gigantes instaladas en plazas de todo el país.
Intentando reeditar la entrada triunfal en Buenos Aires del equipo argentino de fútbol, campeón del mundo en 2022, el régimen comunista proyectó en La Habana una caravana triunfal para recibir el lunes en la mañana al Team Asere.
Los futbolistas argentinos se negaron a reunirse con el presidente Alberto Fernández, pero los peloteros cubanos tuvieron que verse con Díaz-Canel.
Y a diferencia de los aficionados argentinos, que recibieron jubilosos a sus futbolistas, en Cuba no hubo espontaneidad en el recibimiento a los peloteros derrotados. Los cubanos solo esperan espontáneamente el pollo, que pongan la electricidad y que llegue la libertad.
Parafraseando al designado y resignado jefe de Estado cubano: Team Asere, la patria os contempla dudosa.
