LA HABANA, Cuba. ─ Frandy González León participó junto con varios familiares en la manifestación del 12 de julio en La Güinera en rechazo al régimen castrista. Como represalia fue hecho prisionero el día 14 de julio. Desde entonces lo han mantenido sin sus medicamentos
Retenido en el centro penitenciario Combinado del Este, en la capital del país, González León denuncia que no ha recibido atención médica durante todo el tiempo que lleva cautivo en esa instalación.
El recluso es epiléptico, para lo cual requiere tomar Carbamazepina y Fenobarbital. Sin embargo, hasta el momento de su última llamada, las autoridades penitenciarias no le habían suministrado los fármacos.
González León relata que participó junto a varios familiares en la manifestación pacífica del día 12 de julio del presente año en el barrio La Güinera, ubicado en el municipio de Arroyo Naranjo, al sur de La Habana. Se trató de una de las numerosas protestas populares masivas y espontáneas que tuvieron lugar durante ese mes en todo el país y con las que el pueblo cubano manifestó su rechazo a la dictadura castrista.
Soldador de profesión, este joven de 25 años fue uno de los prisioneros que el día 26 de octubre fueron trasladados al 3er piso (ala sur) del edificio 2 del Combinado del Este. También asegura que en la noche del traslado no les dieron comida ni literas, por lo que tuvieron que acostarse sin comer y dormir en el suelo.
Frandy González León precisa que los manifestantes cautivos fueron notificados de que su juicio será celebrado en los primeros días de noviembre. En se sentido, subraya que recibieron una petición fiscal colectiva de 20 años de privación de libertad para cada uno por el supuesto delito de “sedición”.
El pasado 19 de octubre, la ONG Human Rights Watch (HRW) denunció en un informe la “brutal estrategia de represión” desplegada por el régimen cubano tras las protestas del 11 de julio, que ha resultado en al menos 130 casos de detenciones arbitrarias, maltratos y juicios falsos.
De acuerdo con Juan Pappier, investigador para las Américas de HRW, esa estrategia tiene como objetivo “infundir miedo” entre la ciudadanía.
Pappier lamentó que los cubanos hayan sido “sistemáticamente detenidos, incomunicados, sometidos a abusos en condiciones carcelarias nefastas, y juzgados en procesos que son una verdadera farsa”.
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