AREQUIPA, Perú – En la mitología antillana arahuaca, Guabancex es la deidad de las fuerzas descontroladas de la naturaleza, vinculada especialmente a los huracanes, según la tradición taína.
Representa los mayores temores de los arahuacos, siendo la Señora de los Vientos que reina en las tormentas, destruyendo todo a su paso con la combinación de fuertes corrientes y lluvias torrenciales. Cuenta con dos ayudantes: Guataubá o Guataúba, el heraldo, y Coatrisquie o Cuatrisquie, el recogedor de aguas.
Guabancex asola con furia conucos y aldeas cuando se enfada con aquellos pueblos que no han mostrado devoción hacia sus imágenes. Según Fray Ramón Pané en 1498, este cemí reside en el país de Aumatex, cacique de los vientos.
Cuando se enfurece, junto con sus ayudantes, arrasa todo a su paso, ordenando a los demás cemíes de la comarca que colaboren con ella. Guataubá anuncia la tempestad a deidades y mortales, mientras que Coatrisquie desata las aguas incontrolables que provocan destrucción.
Para apaciguarla, se le ofrecía comida durante el ritual de la cohoba para calmar su hambre. Algunas interpretaciones sugieren que Guabancex podría ser una manifestación enfurecida de Atabey, la Madre de las Aguas, la principal deidad femenina de los taínos.
Las representaciones de Guabancex son esculpidas en piedra, a menudo acompañada por sus dos ayudantes. Los ídolos muestran la cabeza de forma triangular con un rostro agresivo y colérico. La figura de Guabancex se representa estilizada, terminando en un solo pie, un atributo característico de la deidad.
En ocasiones se la ha relacionado con las asas de vasijas de cerámica que representan cabezas humanas de la que parten los brazos en aspas, coincidentemente similar al símbolo meteorológico moderno de las tormentas tropicales, sugiriendo que los taínos intuían la naturaleza de la circulación de los vientos huracanados.
En la literatura, la simbología de Guabancex es la base de la novela histórica Los hijos de la Diosa Huracán de la escritora cubano-americana Daína Chaviano. En la novela, la deidad taína es el motivo central del argumento y el título, además de ser un personaje activo en la trama.
Por su parte, los ayudantes de Guabancex, Guatabá y Cuastriquie, junto con Juracán, también aparecen en la novela Sinfonía Salvaje del escritor cubano-americano Frederick A. de Armas.
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