MIAMI, Estados Unidos. – La Empresa Nacional de Servicios Aéreos (ENSA) de Cuba negó este lunes que la avioneta que se precipitó en los Everglades, Florida, fuera una nueva aeronave de la Isla.
La empresa informó que “las aeronaves pertenecientes a su flota propia se encuentran todas en el territorio nacional, con excepción de la AN-2 matrícula CU A1885, que el pasado 21 de octubre de 2022, fue desviada ilegalmente hacia el territorio norteamericano”.
En la tarde de este lunes, una avioneta Antonov AN-2 con la misma matrícula que la usada por el piloto Rubén Martínez Machado para escapar de la Isla se estrelló en el Parque Nacional Everglades (Florida) con dos personas a bordo, informó la cadena WPLG.
Tammy L. Jones, vocera de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, declaró a ese medio que las dos personas que se encontraban en la aeronave sobrevivieron al accidente, que se produjo poco después de la 1:00 de la tarde a unas 15 millas al oeste del Aeropuerto Ejecutivo Miami-Opa Locka.
Imágenes compartidas por medios del sur de Florida este lunes dejaban ver la avioneta con la barriga hacia arriba mientras era inspeccionado a distancia por agentes federales.
El aparente aterrizaje forzoso no provocó la explosión de la aeronave, lo cual, en teoría, salvó la vida a los dos tripulantes. De momento, la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte investigan el caso.
Tras la llegada de Martínez Machado a Florida, el pasado 21 de octubre, el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) reconoció que el joven había abandonado el país poco después de realizar labores de fumigación agrícola y calificó el hecho como violatorio de las regulaciones aeronáuticas.
El IACC confirmó que la aeronave había despegado de una sucursal de esa entidad ubicada en la provincia de Sancti Spíritus con destino a la pista “El Cedro” para fumigar cultivos.
En ese momento, el IACC precisó que las autoridades de la aviación civil cubana no habían recibido notificación oficial de las autoridades de EE. UU. sobre la llegada del piloto a Florida, anunciada por diferentes medios de prensa.
En ese sentido, las autoridades de la Isla calificaron el hecho como un acto de “piratería aérea”.
“Los actos de piratería aérea constituyen delitos tipificados en varios convenios internacionales, ratificados por Cuba y los Estados Unidos. Este hecho representa una violación del espacio aéreo, de la seguridad operacional y de las regulaciones aeronáuticas cubanas, en correspondencia con los Anexos del Convenio sobre Aviación Civil Internacional”, conocido como Convenio de Chicago.
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