MADRID, España.- Las autoridades cubanas reconocieron el colapso de las oficinas en el país destinadas para solicitudes de inscripciones de nacimiento, trámites para inscribir o vender inmuebles o vehículos, poderes notariales, o renovar o sacar pasaportes y documentos de identidad.
Así como se refirieron a los fraudes, reventas de turnos para estos trámites y maltratos de los funcionarios, otro reflejo del sistema gubernamental fallido de la Isla.
“Hay maltrato, falta de sensibilidad, favoritismo, en algunos casos se han recibido dádivas, dinero. También, el incumplimiento de indicaciones que emite el Ministerio de Justicia para organizar mejor la prestación de servicios y lograr una atención adecuada ha dado lugar a que haya colas y tiempos prolongados de espera que, evidentemente, provocan insatisfacciones y planteamientos negativos de la población”, dijo Olga Lidia Pérez Díaz, directora general de Notarías y Registros Públicos del Ministerio de Justicia durante el programa Mesa Redonda de este martes.
Según sus declaraciones “se ha identificado a algunos funcionarios, notarios y registradores del estado civil que tienen conductas inapropiadas”, entre ellos directores municipales y provinciales de Justicia, a los que se les están “aplicando medidas disciplinarias”.
La titular dijo además que los atrasos en los procesos durante el pasado año se debieron al restablecimiento del ciento por ciento de los servicios notariales y registrales una vez controlada la COVID-19.
Las oficinas de trámites no podían responder a ese flujo, crecieron las aglomeraciones de personas en las afueras de los locales y muchos coleros se aprovecharon de la situación para revender turnos y sacar ganancias. Creció también la corrupción mediante pagos por agilidades y, por consiguiente, aumentaron las dificultades y contratiempos para los cubanos que llegaban a esas oficinas, apuntó la titular.
Además, se refirió a la crisis energética, la escasez de papel y de equipamiento informático que, además de insuficiente, es obsoleto, lo que también obstaculiza los procesos.
Para un reciente reportaje de CubaNet, la cubana Mirta explicó que tras más de una semana tratando de solucionar un asunto de la vivienda, tuvo que rectificar su cita. Estuvo en la cola para ello desde las diez de la mañana hasta el mediodía. Pero ese mismo día, desde las 5:00 de la mañana, había tenido que hacer cola para poder alcanzar un turno en la oficina de pasaportes. Y el día anterior hizo cola en la Oficoda para rectificar un error por el cual no querían despacharle los alimentos racionados en la bodega.
La situación de Mirta es la de miles de cubanos, que viven una odisea para realizar cualquier trámite en la Isla.
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