agosto 18, 2025

Humberto Calzada, el pintor cubano que supo contener la rabia

Humberto era suave, culto, observador y, sobre todo, humilde (en el sentido recto de la palabra, no en el que el castrismo divulgó para confundir con la pobreza material).
Humberto Calzada
Humberto Calzada (Foto: Eliecer Jiménez Almeida - Facebook)

MIAMI, Estados Unidos. – Hay dos lugares en Miami que, mientras no sean demolidos, representan por derecho propio al pintor y promotor cultural cubano Humberto Calzada, quien acaba de fallecer en el exilio a los 81 años: el primero es el Cuban Heritage Collection, de la Universidad de Miami (UM), donde un inmenso mural del artista recibe al visitante,y el segundo, que quizá deba ir delante, es la cafetería Moulin Rose Bakery, de la calle 72 (Sunset), en la que desayunaba o merendaba, solo o con alguien, como si estuviera en París.

Vivía cerca de la Cuban Heritage Collection y aún más de la panadería rosada que tiene escasas mesas, y donde aparcar un vehículo en horario vespertino es un dolor de cabeza. Humberto era ese hombre suave, culto, observador y, sobre todo, humilde (en el sentido recto de la palabra, no en el que el castrismo divulgó para confundir con la pobreza material).

Allí en la panadería Moulin Rose lo conocían los empleados y en ese lugar legitimaba al exilio cubano con mucha prestancia. Tenía el don del equilibrio emocional, o mejor dicho, de la inteligencia emocional, que logra maravillas cuando la tirantez de tantos años de exilio se vuelve insoportable.

Humberto, ingeniero de profesión, según sus propias palabras, tuvo la suerte de exiliarse cuando era adolescente, porque sin el exilio, aseguró en octubre de 2012 durante la presentación de un documental sobre su vida, “tal vez nunca hubiera sido pintor”.

El preestreno del documental In dreams awake, realizado por los actores y productores Anabel Leal y Reinaldo Cruz, tuvo lugar en la sala de su casa en el suroeste del condado Miami-Dade, donde Humberto, siguiendo los pasos de Domingo del Monte, realizaba unas tertulias artísticas en las que reunía al exilio más antiguo con el que acababa de llegar.

Tuve la suerte de asistir a varias. Me llevó un amigo, el cronista deportivo Omar Claro, acabado de llegar yo a Miami procedente de Barcelona con mi mujer y mis dos hijos de un año de nacidos. Allí encontré un ambiente riquísimo y suave como sus anfitriones Humberto y su mujer, Carmen.

A la vuelta de los años he agradecido mucho y en silencio aterrizar en Miami con la dulzura de esas tertulias. Miami es una ciudad dura porque hay que conducir a todas partes obligatoriamente bajo un sol de justicia, pero también es suave si uno le encuentra el punto de tierra prometida, y ese se lo daba Humberto.

En el documental In dreams awake, el creador explica que la Revolución o Primavera Árabe (2010-2012) le cambió la perspectiva de su trabajo.

“El pueblo rebelado contra sus dictadores, la rebelión total, la quema de todo, la locura como última salvación. Se ve muy bien en su lienzo de grandes dimensiones titulado Última llamada, en el que un avión de Cubana escapa, con solo dos ventanillas alumbradas, de una ciudad ardiendo”.

Este extracto de una crónica que escribí entonces en CubaNet se refiere a un Humberto que va más allá de lo que transmiten sus lienzos inspirados en la arquitectura colonial, en los vitrales y arcos de medio punto, en las columnas de los portalones cubanos, en los suelos de tableros de ajedrez como el de su propio estudio y, en definitiva, en ese ambiente colonial del Caribe que a veces mezclaba con la arquitectura minimalista y blanca del Mediterráneo.

Carlos Alberto Montaner (1943-2023), relevante politólogo y escritor, contemporáneo con el pintor, en el preestreno comentó su punto de vista:

“Lo más importante tal vez no es la temática en la obra de Humberto, sino la ejecución”, dijo. “Sin la ejecución, o sea, el proceso mental del creador y su buena factura frente al lienzo o la cartulina, no estaríamos alimentando estas tertulias”, zanjó.

Por su parte, Carmen era de la familia que, hasta donde supe, era dueña de parcelas de Nuevo Vedado, en la Avenida Kohly. Ese era mi barrio. Ella era tan atenta con la gente que no quise comentarle que tal vez mis antepasados le compraron terrenos a su familia para construir tres casas, que con el tiempo y el exilio perdimos.

Había pasado mucho tiempo y había urgencias como dar la bienvenida a los que seguían llegando a Miami.

Según la web de la galería Cernuda Arte, que posee varias obras de Humberto, se trata de “uno de los artistas más prolíficos y emblemáticos del exilio histórico cubano”.

Humberto Calzada nació en La Habana en 1944 y se mudó a Miami en 1960, donde estudió en la Universidad de Miami y se graduó en Ingeniería Industrial (1966) con una maestría en Administración de Empresas (MBA) en Finanzas (1968).

Pero en 1976 “abandonó la ingeniería para dedicarse por completo al arte”, añade.

La última vez que vi a Humberto fue en el Moulin Rose Bakery.

Me preguntó cómo me había ido y le conté mi trayectoria profesional en Miami hasta llegar a ser corresponsal de la agencia de noticias EFE, la primera en español del mundo.

Me invitó ese mismo día a una conferencia de Yoani Sánchez en la UM y me llevó en una camioneta antigua.

Cuando años después, en 2023, EFE me encargó un reportaje en la Cuban Heritage Collection, encontré su mural de arquitectura colonial presidiendo el centro de investigación y tiré para atrás el tiempo.

Gladys Gómez, una de las cinco fundadoras de la Cuban Heritage Collection y quien llegó a este país en los años 60 con la Operación Pedro Pan, me dijo que Humberto estaba muy enfermo. Le escribí varios mensajes de texto pero no me respondió.

A mí me pareció que ese mural en la antesala de la colección del patrimonio cubano más grande de su temática fuera de la Isla, con más de 75.000 libros y periódicos entre otros muchos documentos y objetos, y que cumplirá 100 años en 2026, lo dice todo de una manera clara, tranquila y suave. Como era él.

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Jorge Ignacio Pérez

Nació en La Habana en 1965. Luego de ser tanquista en el servicio militar obligatorio, se graduó en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana, en 1992. Trabajó como redactor y fotógrafo de prensa, columnista de teatro y editor en varias publicaciones de la isla. En 2001 se exilió en Barcelona, hasta el año 2012 en que se afincó en Miami, donde reside actualmente. Fue editor de CubaNet Noticias. Desde 2007 lleva el blog personal Segunda Naturaleza. Además del libro de memorias Historias de depiladoras y batidoras americanas (Neo Club Press Ediciones, 2014), tiene otro inédito titulado Pasajeros en tránsito.