LA HABANA, Cuba. — Los medios oficiales cubanos, que son propiedad del Estado-Gobierno-Partido Comunista, más que informar, desinforman, escamotean los hechos, los distorsionan y manipulan. Las verdades, cuando las dicen, es a medias. Eso, cuando no mienten descaradamente.
En el caso de la invasión rusa a Ucrania —de la cual el régimen cubano responsabiliza a Estados Unidos y la OTAN—, esa práctica de desinformar y manipular la realidad, de tan burda, alcanza niveles escandalosos y ridículos.
Hace varios días, cuando los invasores estaban a las puertas de Kiev, en el NTV vespertino, la voz en off del locutor repetía los argumentos oficiales rusos de que no estaban siendo atacados los objetivos civiles ni las ciudades, sino solo la infraestructura militar ucraniana, mientras se veían en pantalla los edificios destruidos por la artillería y las calles llenas de escombros.
La guerra de Putin —que no es del noble pueblo ruso—, que puede derivar en un holocausto nuclear, tiene al mundo en vilo, pero, en Cuba, los medios noticiosos oficialistas brindan en torno a ella la menor información posible. Y lo hacen siempre distorsionando los hechos y sus antecedentes, justificando el zarpazo de Putin, presentándolo como “un acto defensivo” y “la única opción que le dejó la agresividad de la OTAN”.
En la prensa y los comunicados oficiales, hipócritamente dicen lamentar las pérdidas de vidas de civiles ucranianos, pero ocultan y niegan las atrocidades que están cometiendo las fuerzas invasoras rusas en su blitzkrieg.
Por ejemplo, jamás se referirán al Grupo Wagner, un escuadrón paramilitar al que Putin ha asignado la tarea de asesinar al presidente Volodimir Zelenski y otros miembros de su gobierno, según ha denunciado The Huffington Post.
Tampoco hablarán de los millares de soldados chechenos —traidores a su pueblo que ya olvidaron el vengativo genocidio cometido por Putin en su tierra hace poco más de veinte años— que han sido enviados a Ucrania con la finalidad expresa de aterrorizar con sus sanguinarias prácticas que se asemejan a las de los fanáticos combatientes del Estado Islámico.
En cambio, se quejan de que Occidente le está enviando ayuda militar a Ucrania para que se defienda de la invasión. Y de que según asegura el gobierno ruso, el ejército ucraniano, contraviniendo las convenciones internacionales sobre la guerra, está empleando proyectiles con fósforo vivo.
El colmo es que los medios del régimen castrista, el mismo que propugna desde hace más de 40 años la llamada “Guerra de todo el pueblo” para enfrentar una eventual agresión norteamericana si llegara a producirse, ahora reproche al gobierno ucraniano que esté repartiendo armas a los civiles para enfrentar a los invasores.
¿Y qué quieren, que los ucranianos no resistan, no defiendan su patria y permitan que se convierta en un trozo más del gran imperio con que sueña el zarévich Putin, émulo de Hitler?
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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