LA HABANA, Cuba. – Hace varios meses que los cajeros automáticos forman parte de la creciente lista de servicios defectuosos en la Isla. Rotos, con problemas de conexión y, a última hora, carentes de efectivo: ese es el panorama.
Unos 150 cajeros permanecen fuera de servicio en la capital, según confirmaron, a mediados de abril, autoridades del Banco Metropolitano al periodista oficialista Francisco Rodríguez Cruz.
En el muro de Facebook del comunicador aparece la explicación emitida por el director de la entidad financiera, quien asevera que los equipos no funcionan “por falta de piezas de repuesto, por roturas del módulo dispensador y teclado”.
El Banco Metropolitano de La Habana confirmó la situación en una escueta nota donde, por demás, afirmaba que de los cajeros que se mantenían operando varios salían de servicio a diario. Del mismo modo, la institución hizo alusión a la escasez de efectivo y a la adopción de un “paquete” de medidas para facilitar la extracción de dinero.
Sin mencionar la inflación como detonante, la publicación alertaba que “en los últimos días” las extracciones diarias habían superado los 200 millones de pesos.
Las soluciones planteadas incluyeron modificaciones en los horarios de las unidades bancarias y el fortalecimiento del servicio de Caja Extra, opción que, mediante las plataformas Transfermóvil y EnZona, posibilita la extracción de efectivo de las cajas de 1.904 bodegas de la Empresa Provincial de Comercio y Gastronomía habilitadas para esa función.
Lentos, burocráticos y golpeados por los problemas de conectividad, desde hace tiempo los servicios bancarios son objeto de la crítica popular por las largas colas a las que se ven expuestos los clientes.
Por otro lado, en un recorrido por la ciudad, CubaNet no pudo identificar una sola bodega ―las mismas destinadas al expendio de la canasta básica― que estuviera facilitando la extracción de dinero. Peor aún, los administradores o dependientes consultados no supieron mencionar alguna unidad dónde funcionara el servicio, y en algunos casos dijeron desconocer la medida.
“Hace tiempo se dijo algo de eso, pero no puedo resolverte porque no tengo idea de a dónde mandarte. En algunas unidades los clientes pueden pagar por tarjeta, eso sí, pero de sacar dinero no sé nada”, comentó uno de los bodegueros del Consejo Popular La Víbora, en Diez de Octubre.
Según narró Fidel Martínez Pascual, quien es vecino del Cerro, la población también desconoce la posibilidad de acceder al dinero electrónico desde las cajas de las bodegas. Además, en base a los pocos alimentos que venden tales establecimientos, cuestionó la disponibilidad de efectivo que pudieran tener para entregar a los potenciales clientes.
“¿Tú crees que toda esta gente estaría horas haciendo cola para pasar por las cajas del banco? Tanta gente no puede estar perdida”, comentó el hombre mientras esperaba su turno para entrar a un banco del Cerro. “Otra cosa, las bodegas están peladas, venden muy poco. ¿Qué cantidad de dinero vas a poder sacar?”.
A río revuelto…
Mientras, a la sombra de la crisis florece un grupo de personas que, a diferencia de los bancos, cuentan con suficiente efectivo para intercambiar por dinero electrónico con un 10 por ciento de ganancia. De manera solapada, su presencia se multiplica cerca de bancos de la ciudad donde las colas son asiduas.
Lázaro Yanes Correa, trabajador bancario de Seguridad y Protección, explicó en Centro Habana que estas nuevas figuras sacan provecho cuando los cajeros no tienen dinero, dispensan billetes de baja denominación o cantidades reducidas que no se ajustan a la necesidad de los clientes.
Como empleado del Banco Metropolitano de La Habana, el tipo de plaza que ocupa tiene un sistema rotativo que lo obliga a moverse por diferentes sucursales de la ciudad.
“Lo mismo en Centro Habana, en Diez de Octubre o el Cerro, los ves flotando en las colas”, dijo el entrevistado, quien asevera que los trabajadores de los bancos no delatan la situación para evitarse posibles represalias. “El problema con el efectivo no es culpa de ellos, y si la gente quiere cambiarles, es cosa de cada cual”.
En la cola de una sucursal bancaria en la calzada del Cerro, Ildelisa Pérez Lobaina destacó que “todo esto pasa porque el Gobierno falla” como gestor de las instituciones del país. A ella le parece inaceptable que los bancos no cuenten con efectivo para los cajeros, o que las cajas internas nada más permitan extraer 5.000 pesos.
“A nadie le cabe en la cabeza que el Estado no tenga dinero y que, sin embargo, exista un tipo con una mochila llena al que le transfieres 1.000 y te da 900 al contado. Es un abuso, pero si no cambio algo se me va la tarde en el banco y necesito comprar comida. Otra tarea difícil”, dijo la mujer.