LA HABANA, Cuba.- La Copa del Mundo FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) se celebra desde 2005, en años alternos. Bakú, Azerbaiyán, la ciudad natal del mítico excampeón mundial y Gran Maestro (GM) Garry Kasparov, acoge hasta el 24 de agosto la edición de 2023. La lid ofrece un sustancioso premio metálico y tres plazas al próximo torneo de candidatos, de donde saldrá el retador del actual campeón mundial, el GM Ding Liren, de China.
El torneo tiene un formato eliminatorio a ocho rondas, cada una con dos partidas a ritmo lento, en matches individuales. Si existe empate se juegan partidas rápidas, dos en cada una de las modalidades de tiempo, de ser necesario.
En la línea de partida empezaron 206 trebejistas, seleccionados por ganar alguna competencia específica o clasificar en campeonatos regionales. Otros jugadores bien posicionados en el ranking recibieron una invitación o especie de “wild card”, de parte de la FIDE.
Vencidas las primeras cinco rondas, solo ocho ajedrecistas sobreviven a la porfía. Entre ellos, destaca el genio noruego GM Magnus Carlsen (2835 de ELO), a cuyo palmarés nada más le falta la Copa del Mundo para ostentar todos los títulos importantes que expide la FIDE. Además, resalta el subcampeón mundial italoamericano Fabiano Caruana (2782), y el nuevo prodigio indio GM Rameshbabu Praggnanandhaa (2690).
La lista pudiera añadir a otro subcampeón del mundo, este por partida doble, si el ruso GM Ian Nepomniachtchi (2779) logra pasar ante el indio GM Gujrathi Vidit-Santosh (2712) en las partidas de desempate que se desarrollan la mañana de este lunes. No menos ilustres son también los GM Dommaraju Gukesh (IND, 2744), el local Nijat Abasov (2632) y Arjun Erigaisi (IND, 2710).
Por último, la octava de competidores la completa el GM Leinier Domínguez (2739), único cubano y representante de Iberoamérica que se mantiene en competencia, aunque desde 2018 compite bajo la bandera de los Estados Unidos.
El Ídolo de Güines se presentó intratable y en las tres primeras rondas despachó a sus rivales sin mayores complicaciones, a un ritmo casi perfecto. En la fase de treintaidosavos el polaco Radosław Wojtaszek (2676) estuvo a punto de aguarle la fiesta, pero en la serie de partidas rápidas Domínguez pudo sacar el extra e inclinar la balanza a su favor.
El mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos, después del gran José Raúl Capablanca, por tercera vez en su carrera había logrado llegar a octavos de final de una Copa del Mundo. Primero, en 2011, fue la histórica GM Judith Polgar, de Hungría, quien sacó al caribeño de la fiesta del juego de las 64 casillas, desarrollada en la ciudad rusa de Khanty-Mansiysk.
Luego, en 2019, el veterano jugador ruso Alexander Grischuk hizo lo propio al despedirlo del torneo, también efectuado en su país, en la ciudad de Janti-Mansiysk. En ambos casos los duelos se fueron a partidas de desempate, en las que el criollo se vio superado a pesar de exhibir un título de Campeón Mundial de Ajedrez Blitz, logrado en 2008.
Sin embargo, en Bakú 2023 la ronda de octavos depararía mejor fortuna para Leinier. Frente a su homólogo serbio Alexey Sorana (2685) se volvió a mostrar inmenso, forzando a su adversario a conseguir un empate pírrico en la segunda partida, justo lo que necesitaba para romper el maleficio y anclar entre los ocho mejores del torneo, tras haber vencido con facilidad en el primer desafío.
Con el pase a cuartos reescribió su historia, pues en 2004, en Trípoli, Libia, también logró incluirse en la instancia. Allí, finalmente cedió ante el azerí Teimour Radjabov, igual en partidas de desempate. No obstante, en aquel entonces se trataba del viejo formato de Campeonato del Mundo de Ajedrez (no es la misma competencia), los cuales se efectuaron entre 1998 y 2004.
Para continuar haciendo historia Leinier tendrá que remar a contracorriente. Hasta ahora no se había enfrentado a un rival de la entidad de Fabio Caruana, su próximo oponente. Por demás, los anales de sus enfrentamientos no entrañan buenos recuerdos para el cuatro veces campeón de Cuba.
Los dos ajedrecistas se sentaron frente a frente por vez primera en 2009, precisamente en una Copa del Mundo, en la segunda ronda, cuando un imberbe Caruana (17 años y 2652 de ELO) empezaba a dar los primeros pasos rumbo a la élite de la disciplina. En aquella ocasión el cubano (2719, entonces) no pudo pasar de tablas ante el transalpino, que lo fulminaría en las partidas rápidas.
A través de los años, el actual número cuatro del mundo aventaja al cubano 28 victorias por 10, con 28 empates. Los datos pertenecen a todas las modalidades de tiempo, aunque en partidas clásicas la diferencia es menos considerable: tres éxitos a dos, y 18 tablas.
No obstante, la demostración de poderío se ha visto emparejada. Al igual que Domínguez, Caruana reside y juega por los EE. UU., de cuyo campeonato nacional son activos animadores. En las últimas dos versiones ninguno de los dos logró derrotar al otro. El europeo pudo sacar mejor renta con el resto de adversarios y levantar par de títulos, mientras el cubano salía invicto en esos mismos torneos.
El de cuartos será un duelo interesante, porque se conocen muy bien. Incluso, el cubano formó parte del equipo de analistas que en 2018 acompañaron a Caruana en el match por el título mundial, frente a Magnus Carlsen. Lo tiene estudiado.
En busca del sitial de honor a Leinier no le queda otra que hacer la épica. Primero toca deshacerse del rocoso Caruana y, si lo consigue, en la siguiente parada esperaría al ganador del duelo de indios entre el jovencito pero filoso Praggna, como le llaman en el mundillo, y el no menos peligroso Arjun Erigaisi.
Un paso más allá, por qué no, el mismísimo Mozart del Ajedrez pudiera ser la última barrera para que al natural de Güines lo comiencen a llamar el mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos, no después, sino junto al inmortal José Raúl Capablanca. La mesa está servida.
