diciembre 6, 2024

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Cárcel de mujeres Ceiba Cuatro: un centro de tortura

"En este lugar el régimen que se le aplica a las mujeres va de lo abusivo a lo degradante", dijo una reclusa a 'CubaNet'.
Una reclusa en la Cárcel de Mujeres de La Habana (Foto referencial: Cubadebate)

LA HABANA, Cuba. – “Es un centro de tortura”, así catalogó a la cárcel de mujeres Ceiba Cuatro, ubicada en la provincia de Artemisa, una prisionera que conversó con CubaNet y solicitó el anonimato para evitar represalias por sus denuncias. 

“En este lugar el régimen que se le aplica a las mujeres va de lo abusivo a lo degradante”, agregó. 

La prisionera expuso que no se les permite hablar, reírse, cantar ni escuchar música; tampoco se realizan actividades recreativas o de esparcimiento como la práctica de deportes. 

La rutina comienza a las 6:30 de la mañana, cuando las reclusas son obligadas a salir de los edificios y, sin desayunar ni asearse, deben limpiar las áreas externas. Mientras están en esa faena, ponen el agua y, al regresar a los cubículos, la quitan. Apenas les da tiempo para limpiarse o guardar algo del líquido. Luego deben incorporarse a sus tareas o trabajos habituales. 

También se les niega atención médica, aseguró la fuente. “En el puesto médico no existen medicamentos y, cuando aparece alguno, está vencido; tampoco tiene las condiciones necesarias, cuando pasó el huracán Rafael algunas tuvieron que tomar los medicamentos mojados o desmoronados. Si a la reclusa le traen de su casa algún medicamento como analgésico o antibiótico, se lo recogen y lo depositan en el puesto médico para cuando lo necesite”, añadió.

La misma fuente ejemplificó los abusos con lo sucedido a una de las reclusas, llamada Milena Leyva: “Ella regresó de un pase o permiso de salida con mucha fiebre y la llevaron a varios hospitales donde no la atendieron correctamente. En su próximo pase, ella fue por sus medios a un hospital en donde le hicieron varias pruebas y le indicaron un examen que se realiza mediante turno previo, pero tuvo que entrar a la prisión y no le dieron el permiso para que fuera al turno médico. Tampoco le hicieron un ‘conduce’ para llevarla. Conclusión: Milena sigue sin saber qué le provoca esas fiebres constantes”, narró.

Asimismo, afirmó que algunas reclusas son acosadas por hombres trabajadores del centro, como el logístico, pero ellas, por miedo y bajo amenazas, no se defienden ni lo acusan.

La fuente denunció también que durante el paso del huracán Rafael, que afectó el occidente del país a inicios de noviembre, pasaron la noche durmiendo con los colchones mojados en el piso mientras los hombres que trabajan en el lugar aguantaban la puerta para que el viento no la tirara.

Tras el paso del huracán, las reclusas fueron obligadas a limpiar el centro bajo coacción; además les suspendieron el pase sin dar ninguna justificación. “Las mujeres somos amenazadas constantemente de ser revocadas si nos quejamos de cualquier abuso a los que somos sometidas”, aseguró la entrevistada. 

Pese a la pésima calidad y escasa alimentación, las autoridades carcelarias no les permiten acceder a la prisión con los alimentos necesarios para un mes de estancia. “Por ejemplo, solo se pueden llevar dos paquetes de galletas, un pomo de refresco, una barra de mantequilla, una de guayaba y ninguna fruta ni nada congelado; en fin, casi nada, eso no dura ni 10 días”, señaló.

Abuso contra prisionera política

La misma fuente hizo referencia a la situación de la presa política Dayelín Sánchez Fuentes, encarcelada en agosto de 2022 por participar en las manifestaciones de la localidad de CEPEM, en el municipio de Caimito (Artemisa), y condenada a seis años de privación de libertad por los supuestos delitos de “atentado”, “desacato” y “desórdenes públicos”. 

Sánchez Fuentes, conocida como “La China”, se encontraba en Ceiba Cuatro cuando el 16 de noviembre último fue “revocada” ―es decir, devuelta a un régimen penitenciario de mayor severidad― y trasladada a la Prisión de Mujeres de Occidente, “donde fue ubicada en el colectivo No. 3 de multirreincidentes”, según detalló la fuente. 

“La justificación que da la directora de Ceiba Cuatro es que Dayelín le faltó el respeto, cosa que no es cierta”, aseguró la reclusa en entrevista con CubaNet

“Dayelín fue revocada porque ella es de las presas políticas en Cuba y le niegan los beneficios que le corresponden; ella contrató a un abogado para defender su derecho a libertad condicional, pero este es un beneficio que en Cuba se le niega a los presos políticos a pesar de que no existe una ley que ampare esa decisión”, explicó.

De igual forma, refirió que Sánchez Fuentes ha manifestado que seguirá luchando por sus derechos pues cumple con los requisitos de la Ley 152 de Ejecución Penal y, por tanto, le debe ser otorgado el beneficio de la libertad condicional. 

“Por este motivo, la directora María Elena le inventó una falta de respeto que nunca existió; así actúa la tiranía cubana porque no soporta a las personas que sean capaces de defenderse legalmente”, sentenció. 

“La China tiene buena preparación, ha estudiado, conoce bien las leyes cubanas y sabe que se violan constantemente los derechos humanos; por este motivo, es odiada por las instituciones de Artemisa, dígase primera secretaria del PCC, gobernador y demás jefes; por eso es un objetivo de esta provincia tratar de desaparecerla, de mantenerla confinada en prisión”, aseveró.

Cuba: segundo país con mayor tasa de población penal en el mundo

Ceiba Cuatro posee un régimen penitenciario abierto, caracterizado por un menor control y cuyo objetivo es la reinserción social de las reclusas o valorar su progreso de régimen (a menor severidad). En este centro fue donde la prisionera política Angélica Garrido, excarcelada el 10 de julio pasado, cumplió sus últimos meses de sanción. 

Aunque la información no es pública ni existe transparencia en cuanto al tema, en el año 2013 el sitio web oficial Cuba Información reveló que en la Isla existían 155 prisiones de régimen abierto. 

Por su parte, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) contabiliza alrededor de 300 prisiones en todo el país, las que albergarían a más de 140.000 reclusos. El OCDH considera que en las últimas seis décadas el número de prisiones en la Isla se ha multiplicado por 20.

“En España, con una población de 44 millones, hay 100.000 presos. En Cuba, con una población cuatro veces menor, hay más de 140.000 presos. Cuba, en el sentido literal, también es un gran centro penitenciario, pues todo el país está minado de prisiones y centros de reclusión”, indicó la organización.

A principios de 2024, World Prison Brief ubicó a Cuba en el segundo lugar en tasa de población carcelaria a nivel mundial. Según la organización, en las cárceles cubanas hay un total de 90.000 personas, 768 por cada 10.000 habitantes. La Isla es solo superada por El Salvador. 

Los reclusos confinados en esos centros son sometidos a constantes torturas y violaciones de sus derechos humanos. Según el más reciente informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC), las denuncias que recibe la organización evidencian un “deterioro de las ya de por sí precarias condiciones de vida en las cárceles, debido a la crisis energética y económica que vive el país, que impacta directamente en sectores vitales como la alimentación, el acceso al agua potable y la atención médica. Todo ello empeorado por la desidia estatal hacia los reclusos y la persistencia de prácticas represivas y de hostigamiento, en un ambiente de falta de control y de aplicación de justicia hacia las autoridades”.

Prisoners Defenders registra actualmente 1.117 personas que cumplen prisión en Cuba por motivos políticos. 

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Camila Acosta

Camila Acosta Rodríguez (Isla de Pinos, 23 de junio de 1993). Licenciada en Periodismo, Universidad de La Habana, 2016. Trabajó como Periodista en el Canal Habana. Instituto Cubano de Radio y Televisión. Ha realizado dos documentales audiovisuales: uno sobre la Masonería en Cuba, y otro sobre las Hijas de la Acacia (rama femenina de la Masonería Cubana). Por estos trabajos obtuvo el reconocimiento de la Academia Cubana de Altos Estudios Masónicos, en diciembre del año 2017. Ha publicado en varios medios de prensa cubanos y extranjeros. Ha colaborado con el periódico The New York Times, trabaja como periodista de CubaNet y como corresponsal en La Habana del diario español ABC. Autora del libro “Del Templo al temple. Silencios y escándalos de la masonería cubana” (Editorial Primigenios, 2022).

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