La Habana, Cuba.- Minardo Rodríguez López, un anciano de 81 años aquejado de cataratas (enfermedad que provoca visión borrosa), cayó en el hueco dejado por trabajadores de Aguas de La Habana tras la reparación de una acometida.
El anciano, que siempre va acompañado de una carretilla en la que vende sus cositas para intentar sobrevivir, sufrió golpes considerables en todo su cuerpo. Sobre todo en la rodilla, brazo, antebrazo y hombro derechos.
Los hechos acontecieron en la tarde de este 28 de mayo en la Calle Agua Dulce entre San Benigno y San Indalecio, en el municipio Cerro.
Al momento de la caída, los vecinos llamaron al servicio de Ambulancias de la capital (número 104), pero nadie respondió al teléfono.
Posteriormente se realizó una llamada a Emergencia Policial (106) para que enviaran un patrullero a trasladar al anciano a recibir asistencia médica. Después de media hora de espera tampoco se presentaron las fuerzas del orden.
En una segunda llamada la oficial operativa, en tono molestó, aseguró que tenían que esperar en el lugar hasta que la “técnica” llegara pues estaba ocupada en otro caso.
Con el anciano golpeado y quejándose por el dolor, las personas que lo socorrieron decidieron llamar al Puesto de Mando del Partido Provincial de La Habana (78354192). La operativa de guardia, quien rehusó identificarse, aseguró que, debido a la crisis que atraviesa el país, sólo se cuentan con cuatro ambulancias para atender a toda la capital.
Según manifestó la funcionaria del Partido, los propios vecinos tenían la responsabilidad de llevarlo, ya sea cargado o en un sillón de ruedas, hasta el Cuerpo de Guardia del Hospital Docente Clínico Quirúrgico Diez de Octubre, muy cerca del lugar del accidente.
El origen del agujero
La reincidente rotura de la acometida, fue atendida por la empresa Aguas de La Habana. Tras la reparación, los encargados de “terminar la obra” abandonaron el lugar dejando un hueco cuyas dimensiones rondan los dos metros de largo por dos de ancho y casi, y más de un metro de profundidad.
Un mes después de realizada la reparación, los empleados de la empresa no han regresado para sellar un agujero que constituye un peligro para los transeúntes. Tampoco han sido removidos los escombros que dejaron y que ocupan parte de la vía pública.
En la semana que recién concluye, Aguas de La Habana realizó la reparación de otra acometida en calle Serafines entre San Indalecio y San Benigno, a poco más de 150 metros del lugar del referido incidente.
Si bien las dimensiones de esta reparación son menores, al igual que en la anterior, quedó al descubierto otro agujero.
La Empresa Aguas de La Habana pertenece al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
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